Los hechos relacionados con las noticias evolucionan a tal velocidad que hoy podemos estar escribiendo desde un punto de vista determinado y dentro de unas horas pueden desarrollarse éstos de la manera más insospechada. Así es que, si les digo que estoy avergonzada de lo oído en una conversación de Josep Lluís Salvadó con otro compañero de ERC y, sobre todo, decepcionada con su partido porque aun lo tiene en sus filas puede que me esté equivocando porque quizás tuvieron la decencia de enviarlo, ya, a decir bobadas a su casa. Pero lo importante, con ser mucho, no es si lo han destituido o no sino que un personaje público pueda decir tantas sandeces sobre las mujeres y mostrar tanta desconsideración y tanta falta de respeto hacia el género femenino.

Como saben, el pasado 8 de marzo se hizo pública una conversación telefónica de Salvadó con otra persona. Salvadó (cuando escribo el artículo continua siendo secretario general adjunto de ERC) y su interlocutor charlaban animadamente sobre lo difícil que, según ellos, es encontrar una mujer para desarrollar labores de consejera en el Gobierno de Cataluña (que no sé por qué les cuesta tanto oyendo a estos personajes). Concretamente, buscaban a una mujer para ocupar la consejería de Enseñanza del Govern. En un momento dado, el interlocutor de Salvadó, comentó que «encontrar mujeres es misión imposible. Es más fácil inaugurar un auditorio que encontrar mujeres». A lo que Salvadó, entonces secretario de Hacienda del Govern, replicó: «Pues mira, a la que tenga las tetas más gordas se lo das y ya está. Y te quedas tan ancho». La conversación, que pudimos oír en un programa de Antema 3, y que después han reproducido otros medios, abunda en frases despectivas y machistas, entre constantes risas de los dos interlocutores, hasta llegar a decir que quizás sería bueno buscar alguna rumana: «¿La mujer de Puigdemont no es rumana? Supongo que ella sí que accederá», expone en un momento el personaje desconocido. «Están buscando a una rumana, vía la mujer de Puigdemont, o una brasileña, que son resultonas», responde Salvadó.

Sí, este fue el nivel, la altura intelectual de la conversación de este personaje, porque en la charla con su colega se muestra como el hombre de cromañón que es, aunque tenga 49 años: el enfermizo machismo que afecta a tantos y tantos hombres al parecer no es cuestión de edad, es cuestión de formación, de educación. Pero miren por donde, para la señora Marta Rovira, que es mujer, lo más importante no es la grosería de sus compañeros de filas, no. Para ella, lo importante son las filtraciones que, según entiende, hace el Gobierno para perjudicar a su formación política, habiendo hecho un comunicado en el que afirma que: «Las palabras de Lluís Salvadó son inapropiadas y no se corresponden al ideario de ERC». Sí, este es el término que ha utilizado la secretaria general de ERC para referirse a la vergonzosa conversación de sus colegas de partido, anunciando también que la formación estudiará acciones legales contra la filtración de la conversación.

Pues no, señora, no, lo que daña a su formación política y a otras formaciones es la pertenencia a ellas de personajes como este bocazas, machista y xenófobo (su referencia a las rumanas lo retrata), porque hay cosas indefendibles: que haya intentado salir del paso tachando el contenido de la vergonzosa conversación de 'inapropiadas' no le deja en muy buen lugar. Son más que inapropiadas, son infumables en alguien que debería de defender la igualdad entre seres humanos, porque si el secretario general adjunto de ERC dice lo que dice, no vemos la razón para creer a su secretaria general cuando cuenta que su partido trabaja para constituir «una sociedad con igualdad efectiva». Qué difícil creerla después de lo de 'inapropiadas', qué difícil.