El martes pasado, con motivo de un acuerdo firmado entre el Club Taurino de Murcia, presidido por Alfonso Avilés, y el Conservatorio Superior de Música de Murcia, pudimos asistir al salón de actos del Club para escuchar un magnífico despliegue de cantaores de dicho Conservatorio, alumnos de Curro Piñana, de los distintos cursos en los que da clase este cantaor y profesor. Lo que yo llamo una 'escuela de flamenco'.

Los nombres de lquienes actuaron: Pilar Vilches, María Belén Alaminos, Verónica García y José Antonio Chacón, todos ellos al cante, y Faustino Fernández, Pau Karzai y Pablo Barrionuevo, a la guitarra.

Los distintos cantes fueron interpretados por los alumnos y alumnas bajo la mirada y dirección de Piñana. Todos ellos fueron muy aplaudidos en sus distintas actuaciones. Los cantes fueron alegrías de Cádiz y de Córdoba, bulerías, cantes de Levante como tarantas y mineras, así como malagueñas, bamberas, bajo las guitarras de los alumnos. El cantaor de Algecira, y alumno de Piñana, José Antonio Chacón, como ya se ha dicho, también estuvo presente.

En fin, una tarde-noche de flamenco en uno de los lugares más bonitos para ello, el Club Taurino de Murcia, e interpretado por el alumnado de Curro Piñana, del Conservatorio Superior.

Hacía tiempo que no veía a Curro. Y estuvimos charlando un rato de un viaje que hicimos juntos a Suiza, Laussane y Berna (su hermano Carlos venía también), y recordamos la actuación que hicieron en los locales de la Casa de España. Curiosamente la que actuaba antes de ellos, una chica muy joven que cantaba muy bien, resultó que era, según supe después, Diana Navarro, la intérprete de Solas, entre otras composiciones.

Lo de Curro ha sido una verdadera amistad. Él me ayudó mucho a dar a conocer el flamenco en la Universidad, concretamente en mi facultad, la de Educación, tanto en tallares y actividades como en actos intertextuales de literatura y flamenco; incluso en una ocasión, en un taller sobre Rafael Alberti, pudo recitar junto a su hermano, que nos acompañaba y ahora es uno de los mejores guitarristas de España, y él mismo, Curro, que cantó unas 'chuflillas' al Niño de la Palma, del poeta gaditano

El otro día, en el Club Taurino, le recordé a Curro lo mucho que quería Paco Rabal a los Piñana, amigo de ellos, de su padre y de su abuelo; siempre le gustaba pasar un ratito oyendo flamenco. Y recuerdo que unos años antes de fallecer Paco, me dijo: «A ver si preparas un encuentro con esos amigos, los Piñana, con Curro y Carlos, que tengo muchas ganas de oír flamenco. Ellos son muy buenos e investigan mucho. Me gusta como canta Curro».

Hablé con ellos y accedieron a pasar un rato con Paco y Asunción en Calabardina de Águilas. Pero aquella velada de amigos no pudo ser. Pasó lo que pasó en el viaje de vuelta de Canadá. Paco quedó en el recuerdo de esas palabras y en el interés por ver a sus jóvenes amigos, ya que no pudo llegar vivo a España y falleció en Burdeos.

En fin, la vida.