Ocurrió en el pleno municipal del pasado lunes, el mismo en el que dos horas más tarde, la alcaldesa, Ana Belén Castejón, expulsaría a su antecesor, José López, por «romper el orden y faltar al respeto» a personas presentes y ausentes. La regidora se había ausentado unos minutos y su primer teniente de alcalde, Juan Pedro Torralba, le sustituía momentáneamente en la presidencia de otra sesión tensa, en la que el hastío y los gestos de hartazgo se sucedían constantemente, como ocurre en muchas más ocasiones de las que serían deseables en una institución excelentísima, en la casa de todos los cartageneros.

Torralba dio el uso de la palabra al concejal de Movimiento Ciudadano Francisco Calderón, quien leyó la siguiente pregunta: «¿Cuántas adopciones efectivas se han hecho en el CATAD (Centro de Acogida y Tratamiento para Animales Domésticos) durante el año 2018 y cuántas de ellas desde fuera de España?». Por parte del Gobierno socialista, le respondió la concejala Obdulia Gómez, no sin antes ironizar sobre el interés de su colega: «El número de adopciones efectivas en el CATAD desde el 1 de enero hasta el 21 de febrero ha sido de 105 animales, de los que 47 han sido cedidos a Alemania». Ante la ironía y la sorpresa de la señora Gómez, el edil de MC justificó su pregunta en que, al ser oposición, es su obligación ser portavoz de las peticiones que le hacen los particulares. Ahí quedó el asunto hasta que media hora más tarde, el portavoz de Ciudadanos, Manuel Padín, incidió en esta cuestión con una nueva pregunta: «¿Dónde se encuentran los certificados de adopción de los 47 perros enviados desde el CATAD al extranjero?». La concejala socialista le ofreció una amplia y detallada explicación sobre el proceso de envío de los animales a Alemania y sobre la documentación oficial que lo constata, pero no satisfizo el interés del señor Padín, que tras liarse en su propia exposición de los hechos y anunciar que siguen investigando sobre este tema, repreguntó: «¿Podemos saber dónde han ido los 47 animales con los nombres y apellidos de los que los han adoptado?». La señora Gómez le aclaró que los perros se mandan a una protectora de animales de Alemania, que se encarga de asignar los canes a sus futuros dueños. La edil añadió de su cosecha que cree que en el norte de Europa están más sensibilizados que en España con el tratamiento a los animales. Pero Padín seguía sin tener bastante y solicitó permiso a Castejón para repreguntar otra vez. El gesto de la alcaldesa acompañaba a sus palabras antes de responderle: «Por supuesto, señor Padín, aunque le confieso que no doy crédito. Estoy segura de que la señora Gómez estará encantada de facilitarle toda la información que necesite. Repregunte». Y Padín volvió a repreguntar: «¿Hay posibilidad de que la concejala contacte con esa protectora y solicite una relación de dónde han sido ubicados esos animales?». El propio Padín añadió un «y paro» al concluir.

La alcaldesa dejó en evidencia lo absurdo de agotar cerca de diez minutos del pleno en esta cuestión con la intervención con la que cerró el asunto. «Queda reflejada la repregunta y compartiremos la respuesta en este gran debate para que la ciudadanía sepa qué ha pasado con esos 47 perros». Para ser justos, cabe señalar que, en su turno de presentación de mociones, el portavoz de Ciudadanos solicitó al pleno su apoyo para involucrarse en las actividades y reivindicaciones de la Federación Española de Enfermedades Raras (FEDER) en la Región y para apoyar a los afectados y sus familias, aunque para ello agotara prácticamente el mismo tiempo que con los 47 perros, que fueron abandonados, acabaron en la perrera y se enviaron a Alemania porque, probablemente, aquí nadie los quería.

Me consta la especial sensibilidad de muchas personas hacia los animales y no es plan de ir encontrándose todos los días a un cachorro rescatado por la Policía Local tras ser lanzado a un solar, como ha ocurrido esta semana. Sin embargo, creo que a algunos se les va la mano con el mimo y dedicación que le prestan y me surgen muchas dudas de que a los más de 200.000 habitantes de Cartagena les interese realmente saber los nombres y apellidos de los futuros dueños de 47 perros, sean germanos, chinos o rusos, siempre que esas adopciones se hagan a través de una protectora que se supone que está para protegerlos.

Nuestro gobierno municipal debe priorizar su tiempo y la oposición debería preocuparse de que así sea, con el fin de que preste atención a asuntos más relevantes. Y, en el caso de que quiera solidarizarse con causas más allá de nuestra fronteras, podría elegir entre los más de cinco millones de venezolanos que han huido de su país atravesado el puente que hace de frontera con Colombia en uno de los mayores dramas humanos de la historia reciente en América Latina; o bien presionar, en la medida de sus posibilidades, para frenar la barbarie y las matanzas en Siria. O tal vez es que me estoy volviendo un demagogo.

Si nos tratáramos entre nosotros con el mismo respeto y la misma dignidad que muchos exigen para perros, cerdos, pollos y cucarachas (¿cuántos de esos que ondean la bandera animalista habrán pisado una cucaracha?) otro gallo nos cantaría. Y nuestro pleno municipal no es, precisamente, un ejemplo de educación y buenas formas ni un paraíso del respeto y la consideración. Ya hace años que causa vergüenza y bochorno seguir la sesiones de nuestro Ayuntamiento, donde sólo falta que lleguen a las manos.

Dirán que soy exagerado, pero en el mismo pleno en el que se debate sobre la dignidad y la igualdad salarial de las mujeres (también en el anterior) los hay quienes se ponen en plan machito, se acuerdan de sendos padres y se desafían con eso de si eres hombre, dímelo a la cara o en la calle. Que una cosa es batirse en duelo para defender el honor, como hacían los caballeros de antaño, y otra muy distinta el macarreo de los concejales de ahora.

Provocadores. Y sí, es verdad que el portavoz de MC, José López, casi siempre está en el meollo, pero no es el único. Los demás caen en lo mismo, bien porque le tienen ganas, bien porque caen en sus provocaciones. López ha elevado el tono de sus intervenciones, con sus continuas insinuaciones sobre corrupción, con sus acusaciones malsonantes y de mal gusto a todo el que se le pasa por la cabeza y con desprecio hacia sus colegas del PP, pero también hacia sus hasta no hace tanto compañeros socialistas de Gobierno y hacia Ciudadanos. Algunos pican y se ponen a su nivel, sin percartarse o, más bien, sin poder contenerse, para caer en lo que busca su contricante político. El líder cartagenerista ha recuperado el tono bronco y acusador que mantuvo durante toda el mandato anterior, cuando estaba en solitario en el salón de plenos, y que tan buenos resultados le dio, hasta el punto de conseguir cinco ediles y convertirse en el sucesor de Barreiro. Y esto acaba de empezar, porque queda más de un año para las próximas elecciones municipales y López ya está con todas las espadas en alto. Si hasta lanza ataques directos contra la que todo el mundo considera la próxima candidata a la alcaldía de Cartagena por parte del PP, Noelia Arroyo, a quien tildó de ´murcianera´ y de ´tirotear´ el avance de los proyectos arqueológicos. La ahora consejera y portavoz del Gobierno regional hace bien en hacer oídos sordos, pero, como si ya estuviera también en campaña, contraataca y asegura que siente vergüenza ajena y que Cartagena no se merece a políticos como López.

El mandamás de MC ha sido capaz de borrarle la sonrisa a Castejón en los plenos, se le nota demasiado a la alcaldesa que la enerva, que no puede con él, que la descentra y que sólo expulsándole del salón se queda tranquila. Comprueben cómo la regidora socialista recuperó la sonrisa cuando López y sus solidarios compañeros de bancada ya no estaban presentes. En realidad, se destensaron todos y retornaron los gestos de complicidad, el tono sosegado y hasta los ataques de risa de Castejón, que en esa recta final del pleno, parecía otra mujer distinta a la que lo comenzó, prque respiraba tranquila y su estado de ánimo dio un vuelco brutal, como quien se libera de un mal que le persigue sin cesar.

Estas disputas plenarias, como espectáculo, no tienen precio, eso sí, lamentable y vergonzoso. Tanta tensión no puede ser buena y nos empuja a tararear el himno ciclista del grupo musical cartagenero de los 80 Azul y Negro, para el que MC se quedó sin poder solicitar el homenaje que se merecen, porque todos sus ediles abandonaron la sala. De verdad que nos estamos volviendo locos. Poco a poco, poco a poco. Como sigamos así, vamos a acabar ladrando.