El proceso electoral que acaba el próximo 6 de marzo refuerza a una institución, que no solo es el motor docente e investigador de esta Región, sino también un ejemplo de democracia y pluralismo.

Tras vivir este proceso electoral desde la organización de los dos grandes debates y la negociación con las candidaturas tenemos claro que ser universitario es algo más que un estado vital, es un sentimiento que te hace, o te debe hacer, tener actitudes muy diferentes ante los desafíos sociales. El reciente proceso electoral en la Universidad de Murcia se ha caracterizado por ser una explosión de pluralismo: cinco candidaturas bien diferentes compuestas por universitarias y universitarios con muchos objetivos compartidos, muchos más de los que el enfrentamiento electoral nos hace ver, pero, sobre todo, caracterizados por un alto grado de compromiso con la institución en la que militan.

Militar (RAE, 3): ser parte activa de una colectividad. La Universidad de Murcia no es un agregado inconexo de sujetos, es un proyecto colectivo que está por encima de todos y cada uno de nosotros, por encima de nuestras filias y fobias. A la UM venimos a medio formar como sujetos plenos y tras pasar por ella somos.

Por eso estamos obligados a cuidarla, a hablar bien de ella, a hacerla mejor cada día, más amable y más orgullosa. Y también a ser críticos cuando algo no va bien, porque esa es la más sincera de las lealtades.

Durante estos meses, la Universidad se ha desnudado ante la sociedad de su tierra, demostrando una vez más que la democracia siempre refuerza y nunca perjudica, afianzando en la mente de los incrédulos que el debate es una oportunidad y nunca una amenaza. Y este, el democrático, es una de los atributos propios de la marca murciana no comercial más potente, un atributo que no encontrarán en otros espacios similares. Ahora, el reto de futuro consiste en mejorar la calidad de nuestra democracia universitaria eliminando prácticas que en medio de estos procesos nos hacen dudar sobre cuánto de fuerte es nuestro sistema de garantías internas.

Todos los que hemos vivido este proceso desde las distintas ventanas que ha generado tenemos que recordar algo: hay que seguir militando en la Universidad de Murcia como el proyecto más transgresor de todos los que nos rodean. No temamos al espíritu universitario, al contrario, en él encontraremos el impulso necesario para seguir siendo más libres y más plurales. Hace falta.