El pasado lunes entramos en el súper y hoy, después de un exhaustivo recorrido, vamos a despedirnos de él. Repasemos la situación de los distintos productos. Las marcas más caras están a la altura de los ojos. Las estanterías suelen tener tres niveles: el de los ojos, el de las manos y el de los pies. Los productos que pasan del nivel de los pies al nivel de los ojos aumentan en un 80 % su venta.

Ojos: Es el nivel óptimo, ya que la compra es más espontánea. Manos: Los productos se alcanzan cómodamente. Pies: Productos de primera necesidad. Obviamente los buscarás y no te importará agacharte a recogerlos.

Observará que los principales artículos están lejos. Se obliga al cliente a caminar para que coja aquellos que necesita (agua, papel higiénico?), así por el camino, seguro que caerá algo más. Sin embargo, los objetos que se compran por impulso están a la salida; mientras que estamos en la caja haciendo cola, estamos parados por lo que esos productos son más visibles y quizás no podamos resistir la tentación. Suelen ser productos 'golosina'. Veremos siempre que compras habituales o más habituales que otras se ponen al fondo. Por otra parte, observen que los elementos no necesarios y caros se sitúan al principio y al final de las isletas; de este modo se ha de pasar dos veces delante de ellos, para ir y volver en el pasillo.

Ojo: Productos desordenados en compartimentos para parecer más baratos. Se coge la estética de sitios de gangas y productos baratos para aproximar productos con precios más caros (novedades o nuevas temporadas). La tendencia a comprar se hace mayor cuando encontramos gangas, por lo que el refrenarla será más difícil. Cuidado con comprar una imagen y no un producto. Un producto en una estantería de madera oscura con una iluminación tenue, pero directa, es apreciado como más valioso y deseable.

Todo está pensado y repensado para guiarnos, tanto en la compra como en nuestro estado de ánimo. El ancho de los pasillos es, cómo máximo, de tres carros, lo justo para que no tengas más remedio que detenerte al paso de otros carros y así obligarnos a ver los productos de ambos lados. Existen cámaras de vídeo instalados en secciones específicas para estudiar el comportamiento de los clientes frente a nuevos productos. Son técnicas, ya apuntadas, de mercadotecnia que se sustentan en estudios psicológicos sobre nuestro comportamiento como consumidores y sobre nuestras tendencias innatas. Su objetivo está claro: vender sus productos con mayor facilidad.

Antes de dar unos 'onsejos' para 'luchar' contra estas tácticas, voy a hablar de los carritos minis para niños. Estos mini carritos se disfrazan como elementos de entretenimiento o juego que sale muy rentable al supermercado y caro a nuestro bolsillo. Supone involucrar al niño en la compra. Cuanto más consumidores, más se consume. El niño no es un consumidor cualquiera, es muy exigente. A ese carrito irán a parar aquellos productos que atraen su atención, situados en estanterías bajas para que ellos puedan alcanzarlos. Mire si cuando sale del supermercado, la mayoría de los productos que se salen de la lista de la compra son los del niño.

Si no quiere salirse de la idea que lleva al entrar en el súper, en lo posible, use alguna de estas recomendaciones: Mejor cesta, según lo que vaya a comprar, que carrito. Lista de la compra cerrada. Mirar el tamaño y el precio, observar la relación cantidad/precio. Comenzar por el fondo y volver al principio. Compre sin prisa, pero sin pausa. Aunque sea un poco pesado, lleve una pequeña calculadora. Las estanterías, mirarlas de abajo a arriba. Repasar todo lo comprado antes de acercarte a la caja. Si hay algo que no se debió coger por no necesario, caro, etc., no se corte y déjelo antes de que nos cobren. Buena compra.