La orgullosa alcaldesa de Santomera, Inmaculada Sánchez Roca, publicó en el Facebook de su partido, el pasado sábado, una carta titulada «La Cara Norte. La Cara Sur. La Cara dura» que falta a la verdad en todos sus estremos.

No vamos a entrar en el hecho de que se utilice a Arimesa como arma arrojadiza contra el partido opositor en el Ayuntamiento, con el guion que le escriben otros, mientras se juega con el futuro de una empresa y el empleo de muchos trabajadores.

En lo que sí vamos a entrar es en desmontar las falsedades vertidas de manera permanente por ella, las medias verdades y ocultaciones de datos en una actitud claramente determinada al cierre de una empresa por el mero hecho de que no le gusta la actividad que ejerce. Parece que Arimesa tiene la desdicha de crear riqueza y puestos de trabajo desde hace casi cincuenta años. Un pecado grave para quien vive tan solo de la política.

Presume la alcaldesa de cumplir la Ley. Es mentira. Si cumpliese la Ley habría concedido a Arimesa la cédula de compatibilidad urbanística sin condiciones en el plazo establecido para ello: Un mes.

Ha sido requerida en innumerables ocasiones, tanto por nuestra empresa como por la Comunidad autónoma, que le ha reprochado el tiempo empleado en su tramitación.

Se ha inventado, consciente y voluntariamente, plazos de exposición pública no previstos en la Ley, informes innecesarios y condiciones que la consejería lleva años diciéndole que son ilegales. Pero qué le importa eso. Nada. Ella no quiere dar la cédula de compatibilidad urbanística necesaria para la obtención de la autorización ambiental única a favor de Arimesa porque eso supondría legalizar la actividad; una actividad que permite el PGMO de Santomera y que el Ayuntamiento se empeña en no permitir.

Si Arimesa no dispone hoy día de licencia de actividad se debe, exclusivamente, a la labor obstruccionista de quienes tienen en su programa de gobierno el cierre de la cantera como prioridad política. La intención no sólo es clara sino que ahora, en las redes sociales, nos dice que lo que se pretende es una «reconversión de la actividad para conservar los puestos de trabajo».

O sea, 56 familias con un buen trabajo nos tenemos que dedicar a lo que ella quiera y no a la actividad que nos ocupa casi cincuenta años y que la normativa urbanística, ambiental y minera permiten expresamente. Suena a regímenes totalitarios.

Olvida la señora Roca decir que el expediente de Arimesa cuenta con más informes favorables de los estrictamente exigibles. Ha superado todos los trámites ambientales previstos en la legislación nacional y autonómica. Incluso ha sido examinado por los órganos ambientales de la Comunidad Valenciana sin que hayan encontrado afección significativa para la Sierra.

En su delirio, se muestra desafiante cuando se pregunta que dónde está la querella que llevamos anunciando dos años. Pues bien, para su información le diremos que la querella está en curso, ante el Juzgado de Instrucción número 8 de Murcia y tendrá noticias muy pronto. Así podrá explicar en sede judicial el motivo por el que NO cumple la Ley.

No, señora alcaldesa, ni usted ni su gobierno municipal cumplen la Ley. Arimesa lleva ocho años intentando obtener algo a lo que por Ley tiene derecho y usted se niega a conceder. Resulta patético que se ausente usted de algunas Juntas de Gobierno que toman decisiones relativas a nuestra empresa. No sabemos si es miedo, mala conciencia, ignorancia o claudicación ante otros intereses. Lo único cierto es que la responsable es usted.

Y respecto de las supuestas amenazas de los trabajadores de Arimesa no son sino otra burda mentira más que añadir a su relato. Quizás convenga que se sepa que expulsa usted a trabajadores y vecinos de Santomera del edificio del Ayuntamiento sin llegar a saber qué quieren plantearle. Ni la Policía Local lo entiende. Debe ser la nueva política.

No se extrañe de que los trabajadores de Arimesa defiendan sus puestos de trabajo. Qué pan ofrece su gobierno a sus familias.

Así que señora Roca, menos cartas y más trabajar para cumplir la Ley. La concesión de la cédula de compatibilidad urbanística sin condiciones es una obligación legal; obligación que tienen usted y su gobierno ejemplar.

Por último, aunque le pese, Arimesa inició su actividad en 1974, pero el dato histórico no la convierte en culpable de nada, solo de crear riqueza que revierte en el propio pueblo de Santomera. Como todo administrado, tiene derecho a un trato digno e igual; y hasta la fecha no ha sido así porque usted no ha querido. Recuerde que es la alcaldesa de todos y no solo de los que simpatizan con sus ideas.