Un sujeto como Puigdemont no merece contestación alguna. Y ello por mucho que se empeñe en molestarnos a los españoles. Casi nos da pauta para valorar como positivo aquello que denigra. O lo contrario, deplorar lo que ensalza. Sea ésta la última vez que reacciono ante alguna declaración de esta alma en pena.

Resulta que Hostetur, la empresarial murciana de hostelería, ha invitado a los integrantes de los Cuerpos de Seguridad del Estado que intervinieron el 1 de octubre en Barcelona, a un fin de semana gratuito en las empresas hoteleras de la asociación. A todos los españoles nos ha parecido de perlas. Y el español que no, respeta esa decisión libre de otros españoles libres, de usar su dinero como crean conveniente. Pero Puigdemont dice que ese acto es franquista. Oh.

El ciudadano Puigdemont sigue creyendo que el 1-O hubo casi mil heridos en Barcelona, de todas las edades y estratos, por causa de las cargas de esas mismas FSE. Bueno, él nos quiere hacer creer que sigue creyendo eso. Pero todos sabemos que ya sabe que eso no es verdad. Lo sabe toda Europa. Y él, que cree vivir (¡pobre supremacista!) más en Europa que nosotros, porque vive por el centro de la UE, no ha podido escapar a la difusión, por sí sola, de esa verdad palmaria. Ni hubo dedos quebrados, ni niños apaleados, ni nada. La incidencia de damnificados aquel día por esta causa bate récords mundiales de mínimos para la magnitud del desafío. Pero él sigue agarrado a esa mentira. Bueno, a él le han dicho esto de Hostetur, y que permita emitir el twit en su nombre. No cabe mayor hipocresía.

A ver, pobre hombre: sabemos que sabes que esa mentira tuvo muy poco recorrido. La creyeron muy pocos, muy al principio y muy significados europeos, todos enmarcados en la extrema derecha. Y la gran masa ciudadana y periodística, en toda Europa, la vomitó muy pronto. Dices que Franco hubiera aplaudido esa iniciativa. Pues a lo mejor, el presidente de la II República de España, don Manuel Azaña, también lo hubiera hecho. Averigua qué dijo este señor de la república catalana que antecedió a la tuya que nunca fue. Averígualo. Digo, si sabes evadirte del cordón sanitario que tu ciego independentismo te impone.

¿Quienes dicen que los políticos presos lo son por sus ideas cómo no están en prisión ellos mismos también? ¿Y tantos otros como tienen las mismas ideas, desde Roger Torrent hasta el último joven ´indepe´ que ha cumplido 18 años? No puedes responder a eso, ciudadano Puigdemont. Tú no estás perseguido por tus ideas, chico, sino por llevarlas a cabo, a pesar de saber que eran leyes que estaban aprobadas democráticamente, y promulgadas en forma y manera. Vosotros, en vuestro mundo paralelo, juzgasteis que los catalanes sois de otra raza y que las leyes españolas no os atañen. Y ello, por imperativo divino, universal y copón. La ceguera independentista os llevó a autoengañaros. Y aún seguís en el autoengaño. Por lo visto, nadie os puede librar de esa mentira autoimpuesta.

Mira, exhonorable señor: para inscribir el derecho a la autodeterminación en vuestro Estatuto deberíais tener 90 diputados, el 75% del Parlament; apenas pasabáis el 50%. Y preferíais ignorar que, según la ONU, en casos paralelos, se necesita un 55% de votos sociales (no de parlamentarios) sobre un porcentaje de voto superior a 50%, para secesionaros. O sea, un millón más de ´indepes´. Y, naturalmente, en un referéndum aceptado por el Estado. Por ahora, no llegáis ni al 40% en voto social. Y, aún más: Canadá ha sentado jurisprudencia al poner legal el ´principio de claridad´: toda subparte de la parte secesionada tiene derecho a ejercer el mismo derecho respecto de la secesión. Y, por tanto, hay que aceptar que se sigan quedando en la patria de partida; o, ¿por qué no? quieran ellos formar una tercera patria. Permitan a Tabarnia y al Valle de Arán usar el mismo argumento que ustedes, para, a su vez, secesionarse. Es de justicia.

Todo esto es el abc. Y sabed bien, catalanistas todos (que no catalanes) que ignorar todo lo antedicho es quedar como atrasados, perullos, ignorantes no puestos al día.

Pues eso, Puigdemont, que sepas que sabemos que sabes que el 1-O hubo una muy leve, levísima represión en Barcelona. Tan poquita que pudiste proclamar urbi et orbi que el referéndum había triunfado. Tan sólo puedes pasar a la Historia como un pobre hombre indeciso, que en vano intenta espacio de letra pequeña en libros adictos a ese mundo paralelo que os habéis inventado, minoritario, empobrecedor y excluyente.

¡Viva Hostetur!