La libertad no es un estado sino un proceso; sólo el que sabe es libre, y más libre el que más sabe. Sólo la cultura da libertad. No proclaméis la libertad de volar, sino dad alas; no la de pensar, sino dad pensamientos. La libertad que hay que dar al pueblo es la cultura. Sólo la imposición de la cultura lo hará dueño de sí mismo, que es en lo que la democracia estriba». Eso escribió el poeta, dramaturgo, novelista, filósofo y ensayista español, Miguel de Unamuno. Me pregunto qué escribiría hoy Unamuno del mediocre nivel cultural que exhibimos con tantos medios a nuestra a disposición.

El Observatorio de la Cultura que anualmente realiza la Fundación Contemporánea concluye que la Región de Murcia es culturalmente irrelevante en el panorama nacional. La segunda Comunidad menos relevante de España, solo por delante de La Rioja, Ceuta y Melilla. Y, ciertamente, eso no lo arregla ni el AVE ni el aeropuerto. Se trata de impulsar acciones culturalmente atractivas dentro y fuera, y de acertar con la promoción. No obstante, el informe de la Fundación Contemporánea hay que valorarlo en su justa medida por muy grandilocuentes que sean los titulares periodísticos porque de los más de mil profesionales de la cultura encuestados por la fundación para hacer el informe, solo respondieron 332 y con que solo cinco de ellos señalaran el Año Jubilar de Caravaca, lo colocaron entre uno de los sesenta eventos culturales más importantes de España en 2017, al mismo nivel que el Womad de Cáceres. Al informe hay que darle la importacia justa.

No obstante, la cultura en general sigue siendo una cuestión de índole menor en política. No me consta que exista un informe oficial que cuantifique el impacto económico de la cultura en la Región de Murcia. Y esto es así porque la cuenta de resultados de un partido político se mide en votos y la cultura no da votos. La sociedad murciana en general tampoco es exigente culturalmente hablando porque, en mi opinión, las Administraciones no están impulsando el gusto y la afición por la cultura. Es necesario probar para degustar el teatro, los conciertos, los museos, los libros, los festivales, las exposiciones, las conferencias. Basta con alejarse de los oropeles de la Gran Vía, adentrarse en la Murcia profunda y hablar con sus gentes para comprobar que vivimos en una región atrasada en la que muy pocos habitantes exigirán a sus gobernantes responsabilidades políticas por haber permitido que la región retroceda en importancia cultural porque, posiblemente, ni se habrán enterado. Tampoco se quejarán de que la cultura solo represente el 0,85% del total del presupuesto regional (46,3 millones en 2018) Si hubiese una agencia de calificación ciudadana conseguiríamos la triple A: atontados, adormilados y adoctrinados; y los políticos no dejan de ser el reflejo fiel de la sociedad a la que representan.

Joaquín López salió ´muy gordo´ en la foto. Solo en una región como la nuestra es posible que un partido crea que puede sacar rédito político del café que un dirigente de la oposición se tomó con un fiscal en la cafetería pública de un céntrico hotel de Murcia a plena luz del día que, presuntamente, inmortalizó la responsable de prensa de un consejero que, curiosamente, estaba en el hotel al mismo tiempo que otro consejero y el expresidente Pedro Antonio Sánchez, que no quiere que nadie piense que sigue dirigiendo el Gobierno regional en la sombra. Solo en una región como Murcia, un presidente, que debería estar por encima de esas tontunas, es capaz de meterse en ese charco diciendo que «sueña con una región en la que los políticos no quedan con fiscales» habiendo tantas cosas con las que soñar.

No hay candidatos oficiales, tampoco hay carteles con caretos de políticos adornando las farolas, pero ya estamos en campaña. Posiblemente la más larga y reñida de la historia política regional porque nunca antes el resultado fue tan incierto y nunca antes el todopoderoso PP estuvo tan nervioso. Y es así, es justo reconocerlo, gracias a que Ciudadanos exigió la reforma de la ley electoral a la que Pedro Antonio Sánchez, ansioso por ocupar San Esteban, accedió de inmediato. Todavía no nos hemos comido el roscón de 2019 y populares y socialistas andan intercambiándose lindezas ´podridas´ a cuenta de un café, que en realidad fueron dos cervezas y un vino. El vicesecretario general del PSRM-PSOE, Joaquín López, admite que lo que más le ha preocupado de esa foto es que le sacan ´muy gordo´. Gordo o no, el encuentro fue totalmente inoportuno dado el enrarecido clima político regional.

Después de valcárcel, nadie. Y mientras populares y socialistas se enzarzan y hay fotógrafos persiguiendo LA FOTO que tarde o temprano llegará, resulta que un estudio de Adecco concluye que los murcianos no quieren a ningún político murciano como jefe. Querrían tener como jefa a Inés Arrimadas, a Albert Rivera o al presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla, que es el tercero en la lista de preferencias de los murcianos.

Ningún político regional es profeta en su tierra, a diferencia de lo que ocurre en otras regiones de España que sí eligen a políticos locales. A falta de barómetros oficiales sobre qué piensan los murcianos, bien vale el estudio de Adecco que viene a reflejar que los guapos triunfan y la buena imagen que los líderes de Ciudadanos tienen en la Región de Murcia. Subirán escaños aunque pongan a Superperrete de candidato a la presidencia regional.

Cómo deben añorar los populares aquellos lejanos años en los que los murcianos elegían mayoritariamente a Ramón Luis Valcárcel para ir de cañas según la encuesta que anualmente realiza Cerveceros de España. Con qué tranquilidad afrontaban los comicios. No tenían competencia. Desde 2014, ningún otro político murciano ha entrado en esa lista. Si se tratase de ir a tomar una Fanta, igual el partido gobernante conseguía volver al top ten del sondeo donde triunfó Ramón Luis, un hombre más preocupado hoy por Ucrania que por su región. Ahora los murcianos eligen a Ruth Lorenzo, Xuso Jones, Alejandro Valverde, José Antonio Camacho.

Prefieren incluso al superhéroe murciano Superperrete antes que a un político local para ir de cañas. Aunque el rey de los preferidos año tras año es el escritor Arturo Pérez Reverte que considera a España «un país gozosamente inculto» y añade que «la única salvación posible estriba en dos palabras: educación y cultura».

Qué hace el PSRM-PSOE. Que en 2019 haya un Gobierno en la región de distinto signo político va a depender de lo que haga el PSRM-PSOE que, aunque no lo parece, es la segunda fuerza política regional. Nunca lo han tenido tan fácil como ahora porque nunca el PP estuvo tan débil, y desorientado. Si no ganan deberían ir pensando en disolverse. Los partidos deberán atinar mucho con los candidatos a las alcaldías en las cuatro grandes ciudades: Murcia, Cartagena, Lorca y Molina de Segura donde disputarán 657.436 votos de un censo total de 1.178.000 votantes en la región. Para Murcia, el PSOE anda buscando un álter ego de Ballesta y se les ha ocurrido que el jefe de urgencias del hospital Morales Meseguer, José Antonio Serrano (jugó al baloncesto con el alcalde de Murcia) encaja con el perfil capaz de captar el voto de centro y centro izquierda del cogollo de la capital donde los populares arrasan porque Murcia es especialmente conservadora. Craso error, porque si hay votantes de centro insatisfechos, se irán con Garre o con Ciudadanos, nunca con el PSOE, que debe captar a los insatisfechos de Podemos.

Los mismos que proponen a Serrano admiten que «no es la alegría de la huerta». que «es más bien soso» y «no lo conoce nadie». Además, es el marido de Lola Jara, que fue la jefa de prensa de Rafael González Tovar (otro médico) en la delegación del Gobierno y ahora trabaja como liberada en el grupo parlamentario. «Demasiada familia junta», se quejan algunos.

El PSRM-PSOE no se da cuenta de que debe terminar de cerrar el círculo y ofrecer la unidad que aún no ha logrado porque un partido dividido nunca gana elecciones. Por mucho miedo orgánico que le tengan, no pueden permitirse desperdiciar el empuje y la fuerza de María González, que luchó hasta el último voto y casi gana las primarias. Es mediática y están de moda las candidatas estilo Arrimadas. Sus malos resultados como cabeza de lista al Congreso en 2015 y 2016 no pueden analizarse en clave local. Sus partidarios se dejarían la piel por hacerla alcaldesa de Murcia. Y si el miedo orgánico les paraliza tanto, tienen en el banquillo al recién elegido secretario general de la agrupación socialista Murcia Suroeste, Pedro Antonio Ríos, que en primarias apoyó al alhameño. Ríos, que en 2012 se afilió al PSOE tras años de militancia en IU, ha sido una de las voces de la izquierda más respetadas en la Región de Murcia con un relato cercano, directo y coherente. Profesor jubilado, Ríos proyecta buena imagen, es conocido, tiene discurso y, sobre todo, tiene ganas porque como admite a sus allegados que «a los que nos gusta tanto la política, no nos adaptamos a estar a medio gas».

Los partidos políticos están obligados a elevar el nivel intelectual, cultural y emocional de todos sus candidatos si quieren afrontar y combatir con éxito la triple D: Desafección, Desgana y Desinformación. Ya saben lo que dijo Pérez Reverte sobre el nivel cultural de los políticos: «Entre ministros y presidentes de Gobierno, el día que en España haya un juicio de Nuremberg cultural, van a faltar sogas».