El 11 de noviembre pasado se publicó en el BORM un convenio específico entre el SMS y la UCAM que permite el uso del Hospital de la Arrixaca para la docencia práctica del grado de Enfermería impartido por la UCAM. Dado que La Arrixaca era de uso exclusivo de los estudiantes de enfermería de la UMU desde el año 2016, el SMS apela a una vía 'excepcional' que se prolonga durante un mínimo de cuatro años. Sin una mínima justificación, se pervierte la norma de rango nacional que protege la calidad de la enseñanza impidiendo la competencia entre universidades por los mismos recursos materiales y humanos. Ese mismo día se publica una restrictiva y retrógrada segunda resolución, que impide que el hospital público de Santa Lucía pueda ser utilizado para la docencia de los estudiantes de enfermería de la UMU que realizan sus estudios en el campus de Murcia o Lorca y residan en Cartagena. También contempla poder realojar a los estudiantes de la Escuela de Enfermería de Cartagena, cuya titularidad es de la propia Comunidad Autónoma de Murcia (Consejería de Sanidad y Política Social), en otros hospitales del SMS distintos de Santa Lucía. En un doloroso contraste, los estudiantes de la UCAM sí pueden utilizar La Arrixaca si siguen sus estudios en cualquiera de sus campus (Murcia o Cartagena).

Desde el año 2002, en el que se firma el primer convenio SMS-UCAM, el único objetivo del Gobierno regional es permitir el acceso a hospitales de titularidad pública de los estudiantes de enfermería de la UCAM sin ninguna limitación y con un insultante menosprecio de sus consecuencias. Ello ha provocado que el número de estudiantes de enfermería de la UCAM de nuevo ingreso pase de 180 estudiantes en el año 2006-2007 a 515 (tres veces más) en el año 2010-2011, anteponiendo los ingresos económicos que esas matrículas generan en el balance económico de la UCAM a la calidad de la formación, superando con creces su ya desproporcionada capacidad de formación (420 alumnos en primer curso).

Esa ventaja financiera permite a la UCAM, mediante una OPA hostil al sistema sanitario público, disponer de cientos de tutores de prácticas que no participan en la formación de los estudiantes de la Universidad pública que han demostrado su excelencia al tener una nota de ingreso superior a 10,73, 10,47 y 9,95 en Murcia, Cartagena y Lorca respectivamente.

El número de graduados/as en enfermería en la bolsa de trabajo del SMS ha pasado de unos 14.000 en el año 2012 a más de 19.000 en octubre del año 2016 y la tasa de inserción laboral de los egresados ha pasado de un 83% en el año 2004-2005 a unos indicadores de inserción laboral 'bajos'.

Lejos de cubrir una demanda social de graduados, la UCAM identifica Enfermería como un mercado desregulado de altísimo beneficio empresarial. En cuarto curso, la UCAM ingresa unos 6000 euros por cada uno de los, como mínimo, 480 estudiantes de cuarto curso, revirtiendo al SMS un máximo de 432 euros (0,5 euros/hora) por las 860 horas de prácticas en centros sanitarios, (más de 1000% de beneficio). Inexplicablemente, la Administración no vela por la existencia de datos públicos sobre el número de egresados de la UCAM en Murcia, Cartagena o a través del curso de adaptación, ni de la nota de entrada a este Grado, ni de dónde o cuando se realiza su formación práctica.

Aunque la web de la UCAM obvia un informe de seguimiento fechado en 2016, la ANECA ha puesto de relieve que la voracidad de la UCAM también alcanza al grado de Medicina cuyo número de estudiantes de nuevo ingreso vuelve a superar lo acordado (119 frente los 90 permitidos). En el caso de profesores con dedicación a tiempo completo, apartado en donde la UCAM no puede parasitar los servicios públicos la ANECA estima que «en conjunto, el profesorado presentado como núcleo básico no parece suficiente, ni en número ni en experiencia docente para asegurar la calidad de la docencia».

Es revelador subrayar que la verificación del título de Medicina realizado por la ANECA en el año 2010 se hizo en función de la realización de prácticas clínicas en tres hospitales de la ciudad de Murcia con los que la UCAM no tenía Convenio, mientras que ¿inexplicablemente? no figuraban los hospitales con los que sí lo tenían, Los Arcos y El Rosell.

El servil comportamiento del SMS a los intereses de la UCAM no sólo impide que los recursos sanitarios públicos se pongan a disposición de los estudiantes de la universidad pública que han demostrado mayor mérito, sino que imposibilita la continua e imprescindible optimización y mejora de su formación práctica.

La UCAM se apropia sin ninguna justificación de una ingente cantidad de plazas docentes de hospitales públicos financiadas con nuestros impuestos que se sustraen a la universidad pública y se destinan a optimizar el resultado económico de la Universidad Católica.