na de las películas mejores del cine mundial es sin dudar El Golpe, donde Robert Redford y Paul Newman, se adelantaron en el año 1973 a la historia de España. Y no porque aquí existan matones, estafadores y mafiosos, que también, sino sobre todo porque al que roba a un ladrón, ya se sabe. En la peli el estafador engaña al gánster con simulación incluso de muertes y se queda con su dinero. Y en la España actual también existe un complot parecido a la peli para defraudar y engañar a otros, siendo la víctima algún que otro político, según él, claro. Me refiero al bueno de Rato, que de llegar a lo más alto en su profesión (recuerdo con emoción cuando tocó la campana para que Bankia saliera triunfantemente a Bolsa Bankia ¡qué tiempos!), acabó tristemente en la cárcel, porque ha dicho en una comparecencia ante la comisión de investigación de la crisis financiera que se encuentra en el Congreso de los Diputados, cuatro ministros se confabularon para ello. A saber: el de Justicia, Rafael Catalá; el de Economía, Luis de Guindos; el de Hacienda, Cristóbal Montoro, y la de Empleo, Fátima Báñez. El complot entre todos ellos, llevaron a la trena a Rodrigo Rato en el año 2015, después de treinta años sirviendo a su partido, porque en realidad la culpa de la crisis de Bankia no es suya sino del ministro Luis de Guindos, del PSOE y del Banco de España, ha declarado.

Las malas compañías como casi siempre son las causantes del mal causado. O lo que es igual, vuela alto amigo mío, que como vueles bajo, tiran a dar. Eso es lo que ha debido pensar R.R. Sobre todo si te abandonan convirtiéndote en un proscrito cuando estabas en lo alto de la cima financiera. Es ley de vida, porque debería saber que eso le pasa a 'to quisque'. Aunque también es cierto que no todo el mundo acaba en la cárcel. Le pasó hasta el mismísimo Jesucristo, que su primer y mejor discípulo y amigo el pescador de hombres, fue el primer Papa. El que después se convirtió en San Pedro, negó hasta tres veces conocerlo y seguirlo. Y es que, señor exministro abandonado por los suyos, el enemigo siempre está en casa. O al menos es el más peligroso porque al de fuera lo puedes ver venir, salvo que sea más astuto que un zorro. Pero al que está dentro de casa te confías y te la cuela, sobre todo si es un geta, aunque en mi opinión, y la de muchos, son preferibles mil getas a un tonto, que no se detiene cuando se acaba la linde.

La Audiencia Nacional ha abierto juicio oral a R.R. y 34 acusados por la salida a bolsa de Bankia, por los delitos de falsedad y de fraude de inversores por la inclusión de datos falsos en el folleto informativo para la salida a Bolsa de la entidad financiera. Según dice el juez instructor, Fernando Andreu, porque presuntamente durante cinco años los Administradores de ese banco, aprobaron cuentas maquilladas sobre la verdadera situación de las entidades que administraban y que no reflejaban su auténtica situación económica. El Ministerio Fiscal le pide cinco años de prisión, además de la indemnización conjunta con los otros acusados, a los inversores minoristas, con la responsabilidad civil subsidiaria de Bankia.

El golpe, por ahora, parece parado. No ha habido muertes fingidas ni enriquecimiento incontrolado de los autores y cómplices.

Pero hasta que no haya una sentencia firme, nadie es culpable. Lástima que no sirva para que nadie más se abstengan de cosas parecidas en un futuro.