En los últimos años, esta crisis que dicen que pasó pero que ha arrastrado con tantas cosas por delante, se llevó, sobre todo, muchos medios de comunicación (en los últimos días, dos revistas de gran influencia en la transición democrática). Y cuando un medio de comunicación desaparece se va con él una parte muy importante de la capacidad de los ciudadanos para expresar sus opiniones o, lo que es igual, de su libertad de expresión. Incluso su capacidad de análisis de lo que acontece se verá afectada. Por eso hemos de celebrar que un medio de comunicación de la Región cumpla este año su 85 aniversario, con lo que esto significa de servicio a una comunidad y de ventana abierta a las opiniones de los ciudadanos. Algo tan necesario en este tiempo de intento, en muchos casos, de adormecimiento de esas opiniones y de ocultamiento de la verdad.

Sí, este año cumplirá 85 años Radio Murcia, enunciado con el que comenzó a emitir la que hoy es la SER. Comenzaba sus emisiones el 2 de agosto de 1933, faltan unos meses, pero he querido iniciar mi serie de colaboraciones este año con esta buena noticia, saturados como estamos de corrupciones varias, de locuras independentistas a las que parece difícil dar respuesta, de gestores de lo público tan faltos de altura política y, si me apuran, intelectual también, y de tantas y tantas cosas que nos hacen preguntarnos si el periodismo hoy consigue ser ese instrumento de denuncia, de concienciación de los ciudadanos sobre sus derechos y sus deberes, tan necesario en una sociedad que pretendemos libre y democrática.

Por eso he querido comenzar este nuevo año que se presenta con tantas incertidumbres políticas (Cataluña continúa en su desasosiego) rindiendo un modesto homenaje a la primera emisora que abrió sus micrófonos en Murcia en tiempos de zozobra con el indicativo «Sintonizan Radio Murcia, emisora EAJ-17. Señores radioescuchas, buenas tardes. Da comienzo nuestra emisión de tarde-noche con las señales horarias». Suponemos que para continuar informando ante la sorpresa de sus oyentes de lo que acontecía en aquella Murcia que en ese año en que la II República respiraba momentos de incertidumbre y preocupación asistía también al traslado de la Universidad (UMU) de su sede, hasta entonces en el barrio del Carmen, al Convento de la Merced, en el centro de la ciudad.

Y seguro que Radio Murcia informó de aquello y de otras muchas cosas que se vivieron a lo largo de tiempos tan convulsos para este país, dictadura incluida, hasta la llegada de la democracia. Esta democracia de la que algunos hablan con tan poco respeto y a la que contribuyeron, y continúan contribuyendo, todos los medios de comunicación tan afectados por la crisis y por la comunicación a través de las redes sociales que empaña la labor de los mismos. Una labor que no puede ser sustituida por posverdades, mentiras y bulos que tanto daño están haciendo a la sociedad. Por eso es tan necesario que los medios de comunicación cumplan años, que continúen con sus micrófonos abiertos y sus páginas impresas ofreciendo a los ciudadanos la posibilidad de estar informados. Sí, verazmente informados, pero sobre todo concediéndoles la facultad de ser capaces de reflexionar y de pensar por si mismos. Pero solo tendrán ese privilegio si hay medios que permitan opinar y exponer argumentos expresados en libertad, como diariamente ocurre en la SER, de Murcia, a la que no se le notan los 85 años que celebra en 2018, y a la que deseamos que continúe cumpliendo muchos más porque, cuando un medio de comunicación acumula años, los demócratas hemos de celebrarlo. Y es que, si como dejó escrito Gabriel García Márquez, «una noticia nunca termina y nunca todo está contado», un medio de comunicación nunca deja de ser necesario en la vida de los que aman la libertad.