Que la droga mata y que es un mal social que a todos puede tocar es desgraciadamente indiscutible. Claro que la solución a este problema que afecta a familias y a la sociedad en general no es fácil, hay estados que viven de ella y su erradicación es más internacional que nacional. Pero en España algo se puede y se debe hacer. Hay quien sostiene que la solución pasaría por legalizarla. Si me permiten mi opinión creo que no es eso lo necesario. Por el contrario a la prostitución, donde su regulación legal sería factible y precisa, el acceso libre a la droga o a los estupefacientes de manera genérica no es conveniente. Me consta que hay quien sostiene que el alcohol y el tabaco también son drogas. Sin entrar a pronunciarme si está bien o mal legalizados, lo cierto es que son legales y desde luego no están permitidos a menores de edad ni pueden causar tanta adición perjudicial como ciertas drogas, sobre todo si son de diseño. También hay quien piensa y reclama que la marihuana o el cannabis sea de uso libre, y no solo con fines terapéuticos. Y a estos efectos es interesante destacar una recientísima sentencia del Tribunal Constitucional del día 21de este mismo mes, donde deja sin efecto una ley foral navarra que regulaba los clubes privados donde se fumaba cannabis. La argumentación es que al ser el cannabis una sustancia estupefaciente, a tenor de lo establecido en la Convención de Naciones Unidas de 1961 y por el Convenio de Viena sobre sustancias psicotrópicas, su admisión aunque sea a nivel cerrado y privado, conculca tanto el artículo 368 del Código Penal que castiga el tráfico de drogas como un delito contra la salud pública, como la Ley de Protección de la Seguridad Ciudadana. Tres Comunidades Autónomas tienen regulados estos clubes, que correrán la misma suerte que Navarra, pues también fueron recurridas sus leyes por el Estado español (Cataluña y el País Vasco) en tanto que otras, como la Región de Murcia, Andalucía, Cantabria, La Rioja y Canarias, lo han legalizado, pero exclusivamente con fines medicinales, y a ellas evidentemente esta sentencia no les atañe.

El Tribunal Constitucional pone fin a una discusión que siempre ha estado en la calle y últimamente con más virulencia. Al igual que existen clubes de fumadores (especialmente de puros), se pedía que esos clubes de cannabis fueran legales. Ya la cosa está clara, y no solo porque quizás también encubrían un negocio donde alguien ganaba dinero vendiendo ese estupefaciente, sino esencialmente porque favorecían el consumo de una droga prohibida por ley. Y es eso lo que precisamente contempla el Código Penal, que por tu culpa alguien consuma droga. Es una muestra más de la imposibilidad de legislar autonómicamente contra una norma estatal. Ya pasó con la paga extra de 2012 y hoy vuelve a tener sentido que amparándose en una ley autonómica, no puede ser defraudada, o simplemente no puede legislarse contra la ley general de todos. Aunque parece claro y sencillo aún hay autonomías que no lo entienden.

Así que o es con fin medicinal (sida, anorexia, esclerosis, glaucoma, epilepsia?) o no hay nada que hacer, ni siquiera con fines recreativos o incluso religiosos, en que tras su consumo la euforia puede llevarte a creer lo increíble. Desde este mes el uso del cannabis o marihuana en España ya ha dejado de ser dudoso. Salvo que te vayas a Holanda, EE UU o a Uruguay, que sí lo admiten con fines recreativos principalmente.