Ya tenemos de qué discutir cuando se nos agoten los tópicos en la cena de Navidad: Han llegado las candidatas a 'Palabra del año' y tenemos que decantarnos por una entre doce. ¡Ay, qué nervios!

El reclamo que lanza la Fundación del Español Urgente, la Fundéu, es noble, porque quiere llamar la atención sobre su propia existencia como institución y por ende, de la Real Academia Española de la Lengua, que bastante falta nos hace a todos. La Fundéu, bajo el paraguas de promover el buen uso del español en los medios de comunicación, nos recuerda que hay palabrejas que se van sumando al idioma y que se ponen de moda aunque no las hayamos oído nunca ni lo pretendamos, pero ahí están.

La dificultad está asegurada entre las palabras candidatas a ser la más representativa del año. Si ya era repulsiva 'escrache', la ganadora de 2013, por su significado y hasta por su sonido, o la de 2014, 'selfi' (como si no tuviéramos sustituto en nuestro rico idioma), ahora habrá que decantarse por joyas como 'turismofobia', 'bitcóin', 'superbacteria', 'trans' y otras por el estilo, que reflejan acontecimientos sociales o políticos que hemos vivido en los últimos meses.

El próximo 29 de diciembre se hará pública la palabra más representativa de 2017. Mis favoritas son 'destripe' y 'odiador', porque sustituyen a las inglesas ´spoiler´ y ´hater´ que tanto usan algunos culturetas, quienes olvidan que disponemos de una lengua profusa y llena de matices que nos permite lucirla sin complejos.

Y es que ese es el problema: en lugar de estudiar e interesarse por nuestro español, ahora que reivindicamos por fin la bandera nacional, parece que nos cuesta usarlo. Si cuidásemos más nuestras palabras como vehículos para transmitir mensajes, si mimáramos nuestro lenguaje cuando nos dirigimos a los demás, hasta todo nos iría mejor, y no lo digo yo, que ya lo anunciaba la precursora de los libros de autoayuda Louise Hay en su manual El poder de la palabra.

Como dice José María Íñigo en su espacio de los fines de semana en Radio Nacional de España, «hablemos español, leches».