Hoy me paro en unas reflexiones (o. como dice un buen amigo, autor de las mismas, preguntas gilipollas) con algunas de las cuales estoy de acuerdo y con otras no tanto. Lo mismo le ocurrirá a quien lea esta columna. Eso sí, todas son curiosas y con fundamento. Veamos:

¿Entiendo que el rey y la reina de España han venido a Caravaca en privado, sin costo oficial al Estado, porque España es un Estado aconfesional?

Tanto robo probado y demostrado por parte del partido popular y de sus miembros y que no tenga ya un castigo ejemplarizante, suena a puto cachondeo.

Las brutales y salvajes expresiones del delegado del Gobierno, de los ladrones de la ´cortijá´ de Murcia, en referencia a los emigrantes, está muy claro que son fruto privado y particular de su pesebre. Otros sentimos vergüenza al escucharlas.

¿Realmente la humanidad necesita submarinos del tipo del argentino navegando? ¿Para qué?

En la ´cortijá´ cartagenera de la llorona, cambiar un puñado de azulejos y afianzar unas ramas de árbol va a costar, entre pitos y flautas, afanares y requisares, una millonada de euros. Todo el mundo a callar, menos servidor.

Rajoy quiebra la Seguridad Social en tan solo cinco años de Gobierno. Pues que sigan votándole, qué solo los españoles son tan tontos de escupir para arriba y que les caiga encima.

Cuando un político repudiado por el Parlamento español tenga la cara dura de volver a sentarse en él, deberían los demás parlamentarios, para no equipararse al repudiado, abandonar la Cámara hasta que no se marche. Insisto: Nadie en la Cámara de diputados y senadores de España tiene dignidad cuando se vuelve a sentar con un ministro o alto cargo que ha sido repudiado por ellos.

¿Aparte de que el equipo de fútbol pierda, qué necesitamos más como pueblo para salir a la calle y acabar con todos los ladrones y sus protectores?

Viendo Argentina, ¿no han tenido vergüenza los poderes legislativos, ejecutivo y judicial español? ¿Tan podridos están?

Jordi Pujol, como pertenece al clan de los ladrones, que nada entienden de patrias ni pijos en vinagre, al margen de que es la expresión actual de la basura que nos gobierna, se ríe, porque lo puede hacer impunemente, de los borregos que estamos hechos los idiotas de los españoles.

Manifestación por un hospital. Total, se trata de un hospital, de un puto hospital en una ciudad trimilenaria (dicen) que ha vivido muchos años sin él. Es más, si te sale una pupa, o varias, te vas y te jubilas en Caravaca y se te curan todas las pupas. Los hospitales, en Cartagena tenemos dos hospitales públicos abandonados, en ruinas, y batimos el récord en muertos en la ´cortijá´ en espera de ser atendidos (para intervenciones quirúrgicas 124 días de espera; para consultas externas 107 días, y para técnicas de diagnóstico 36 días) La media en la ´cortijá´ para las tres listas citadas son más bajas, pero a nosotros, a los que vivimos en Cartagena, es un verdadero honor demostrarle al mundo que somos gente rica, dejamos que dos hospitales públicos, es decir de nuestra propiedad, se hundan en la miseria, y le alquilamos el hospital de Santa Lucía, que se construyó con dinero público y se lo escrituró gente piadosa, buenos cristianos practicantes, que nos están sangrando pagando unas minutas por enfermo de tres pares de narices; pero eso, en Cartagena, es un honor, porque es señal de que somos gente con mucha fe, y morir en una lista de espera para hacer ricos a un puñado de buenos creyentes, que cooperan con los jubileos y las procesiones, es lo mejor que podemos hacer. ¡Ale, más nos merecemos!