o más murciano esta semana ha sido criticar e, incluso, manifestarse contra el presidente de la Confederación Hidrográfica del Segura. El hombre está más en el candelabro que la última de Star Wars. Bien es sabido que en la galaxia murciana el tema del agua es el centro de todas las batallas. Yo no me fiaría de que Miguel Ángel Rodenas sea realmente el que se esconde tras la máscara de Darth Vader. Pareciera más alto, algo así como su padre y, en cualquier caso, compartiría el lado oscuro con el Gobierno central que lo nombró. Pero me temo que hasta ahí no puedo llegar, que me tengo que limitar sólo a levantar la luminosa espada contra el inquilino de la Plaza Fontes, que tiene los mismos poderes para solucionar la sequía que el obispo de la Diócesis. Mirando al cielo llevamos ya décadas, pero especialmente tras la firma del famoso Memorandum, un acuerdo de película para nuestro Gobierno regional que ha acabado en pesadilla. El guión ya vaticinaba la tragedia: subir cada año el caudal mínimo en la cabecera del Tajo para poder realizar un trasvase. Nos lo vendieron como si fuera la luz al final del túnel y ha pasado a compartir el cuarto de los horrores junto al también afamado cartel de «Agua para todos». Ahora, con todo el universo nacional muriéndose de sed, queremos desde Murcia enarbolar la Fuerza de la razón, aunque algunos se han pasado al lado tétrico de la desalación. Los mismos que bombardearon las desaladoras se abrazan ahora a esa tabla de salvación en un baile que anima el largometraje. No sé si será más larga la saga del agua en Murcia o la de la Guerra de las Galaxias. Es posible que antes llegue el fin del mundo pues tampoco es que se vislumbre ningún Yoda sobre nuestro yermo horizonte.