No me refiero al divorcio de aquellas parejas que dejan de sentir la denominada affectio conyugalis. Me refiero a otra pareja también de desecho como ha sido, es y será la convivencia extramatrimonial entre la Continente y la Isla de los Británicos, con sus problemas también de separatismo que solventaron dejándolos que se estrellaran solos y salió que no querían que sucediera. Aquí, en España ha bastado con hacerles el favor de aplicarles el 155 de la Constitución española, por una parte. Y por otra, en cuanto se les ha tocado el bolsillo, a través de la salida masiva de empresas y bancos por la sinrazón pretendida, junto con alguna que otra cárcel, el planteamiento filosófico varió en sus coordenadas.

No es nada nuevo que si en el continente circulan por la derecha los vehículos de motor, ellos, los isleños, por la izquierda. Si en el resto de Europa, las monarquías en líneas generales van de capa caída, ellos la mantienen a bombo y platillo. Con rancio abolengo de carrozas y caballos, pamelas y desfiles. Ya apuntaban maneras desde que el euro para ellos no fue más que una simbología que superaron a base de libras esterlinas. Claro que para eso cuentan con el país más poderoso del mundo, que es capaz de hacer estornudar a Europa si se constipa, ya sea a base de disparates de su peculiar presidente, ya sea a través de crisis económica. Y zas, llega el momento de votar si se van de la Unión Europea y deciden que sí, con disgustos y dimisiones políticas incluidas. Los británicos que exportan se ponen a temblar y los que viven disfrutando del sol y del golf de España más aún. Empieza el tira y afloja del divorcio. Para ti esto, para mí lo otro, las cosas comunes se reparten. Como si de una pareja se tratase uno agradece el tiempo convivido y el otro, lo maldice, económicamente hablando. Por fin después de más de año y medio de ese famoso referéndum para salir de la Unión Europea se llega, eso sí de madrugada un día de la Inmaculada, a un convenio o acuerdo amistoso de separación. Londres acepta pagar 45.000 millones de euros y respetar los derechos sociales de los europeos (muchas gracias, flemáticos amigos). El 29 de marzo de 2019 llegará el Brexit y adiós muy buenas. Pero ¿habrán pagado ese dinero? Tengo curiosidad por verlo y sobre todo si ya no somos tan tontos y seguimos manteniendo el inglés como lengua oficial en todos los sitios. O por fin el español que es hablado por mucha más gente que ese idioma se impone en el mundo. Y si quieren el chino mandarín que también son una jartá.

Ay, Bruselas de mi vida, eres como el Iniesta de Camacho. A pesar de tus sosas avenidas y de tu aburrido politiqueo, mandas mucho. Lo mismo cenas a las seis de la tarde, que acuerdas un Brexit a las siete de la mañana. Incluso le das cobertura a un prófugo gracias a lo rápido que ha estado el juez belga prolongando la decisión de entregarlo o no a España. Mientras tanto otro juez, español y desde luego mucho más diligente, le dice no te preocupes quédatelo para siempre allí o si vuelve por Navidad a su república inventada, nosotros les daremos el turrón más viejo del mundo: pasar por lo que dice la ley.

Bonito mes de diciembre, con su portal de Belén, sus elecciones y sus prisiones. Ande, ande, ande....