¿Por qué nos enteramos de parte de nuestra historia gracias a novelas basadas en ciertos acontecimientos?¿No se supone que la educación nos debería haber aportado esos conocimientos? En esta misma línea reflexionaba, en voz alta, Almudena Grandes, cuando presentaba su libro, Los pacientes del doctor García, hace unas semanas, en la librería Los Editores (Madrid). La escritora «pensaba que lo sabía todo, y no sabía nada» porque, según entendía, «nos hemos perdido en nuestra propia historia». Y así, investigando y leyendo-casi a modo obsesivo- sobre todo lo que girara en torno a la Guerra Civil (y motivada por sus brillantes Episodios de una Guerra Interminable), la autora de la rompedora Lulú (allá por 1989) encontró un filón, ese que «todos los escritores sueñan con encontrar». Y halló una historia muy difícil de documentar, una red clandestina creada para favorecer la huída de criminales de guerra, con una gran protagonista: Clara Stauffer, que se movía en el cogollo del poder alemán, destacada en Madrid en la Sección Femenina, y a la que Grandes siguió la pista desde 2006. Hasta Los pacientes del doctor García. Clara Stauffer fundó esa red para salvar nazis «con la complicidad de la Iglesia y la hospitalidad de Perón», decía la escritora. Y es que, según Grandes, Stauffer estaba en la ´lista de los 104´ y, aun así, no se conocía esta historia. ¿Por qué?