Está claro que todo necesita su descanso. Voy a ir al grano con un nombre que está dando mucho que hablar: Operación Triunfo, ´OT´, ´concurso de cantantes que serán llamados triunfitos de por vida´ o como quieran ustedes llamarle.

Desde hace mes y medio (tiempo aproximado en el que comenzó la nueva edición) no hay día en el que no oiga algún comentario, mire una página web o red social en la que aparezca alguna noticia o artículo de opinión relacionado con este programa de televisión.

Si hace 16 años la primera edición, que se emitió en la cadena pública española, fue un auténtico fenómeno de masas, las ediciones que se emitieron en una de las cadenas privadas (de las que solo se recuerda a día de hoy a un tal Pablo López) fueron decayendo en audiencia, interés y el formato tuvo que ser cancelado en el año 2011.

Bien, pues parece que la ilusión por esa primera edición que encumbró a los Bustamantes y Bisbales ha vuelto a calar en la edición de 2017, que ha desembarcado de forma renovada en la cadena pública, donde las plataformas de Internet (como Youtube, que emite las 24 horas de los concursantes dentro de la academia) juegan un papel decisivo.

Y es que, seis años después de la cancelación, la idea de volver a emitir este formato musical se puede aplicar a que en la vida también se necesita hacer una pausa o parada para volver a ´triunfar´, nunca mejor dicho.