Sombra oír a los distintos concejales y consejeros de los más diferentes Ayuntamientos y Comunidades diciendo cosas como «hemos hecho historia», «estamos a la cabeza de€» y expresiones por el estilo cuando entienden que lograron solucionar algún problema que afecta a los ciudadanos, no importa el alcance del mismo. Ellos, invariablemente, utilizan un estilo grandilocuente para resaltar sus esfuerzos, buscando el reconocimiento y la admiración de los proclives a creerles todo y el asombro de los menos crédulos que no se manifiestan porque ya les suena a muchas veces oído y no son fácilmente impresionables.

Así es que, acostumbrados a estos ´logros´, hemos echado en falta que el Gobierno autonómico no presuma de que Murcia se encuentre entre las Comunidades que más dinero destina a la educación concertada. Sí, cuando realmente «sí tenemos motivos para presumir», al consejero de turno y al presidente, de turno también, les entra un ataque de modestia y no aparecen en rueda de prensa (sin preguntas, a ser posible) para presumir de ´hacer historia´ y poner a Murcia ´a la cabeza´. Y no, no han salido a informar, a pregonar a los cuatro vientos que una Comunidad con tantas carencias en la educación pública como ésta invierte en la enseñanza concertada 3.005 euros por alumno, lo que la sitúa en cuarto lugar en España al aportar casi el 75% de los ingresos de estos centros. Sí, así, como suena. El 74,9% de los ingresos de los centros privados de enseñanza de la Región de Murcia procedieron de subvenciones públicas en el curso 2014-2015, mientras que un 23,7% correspondió a las cuotas abonadas por las familias y un 1,4% de otras fuentes privadas.

Mientras tanto, la media estatal de las distintas Comunidades autónomas en la enseñanza concertada y privada es de 2.869 euros. Datos que nos hablan de que nosotros somos más chulos que un ocho y echamos el resto para ponernos a la cabeza, porque ´si hay que ir, se va´.

Y esto nos parecería muy bien si las plazas del profesorado en la enseñanza pública estuviesen cubiertas, que no es así. Si los centros públicos no careciesen de los servicios más imprescindibles, que lo están, y si los centros, gran número de ellos, no estuviesen en la más completa ruina, que también. Si todo esto no ocurriese, nos parecería muy bien que el Gobierno autonómico disparase con ´pólvora del rey´ y gastase el dinero sobrante en esos colegios y escuelas privadas que tan queridas le son al presidente. Un presidente que parece disfrutar pregonando eso de «nosotros defendemos la libertad de los padres para elegir la educación de sus hijos», porque le debe de parecer el colmo de la progresía, pero da la impresión de que no se ha preguntado si muchos padres no se ven obligados a llevar a sus hijos a la escuela pública porque ellos no pueden permitirse el lujo de poder elegir. Y no es que piensen que el profesorado es mejor en la concertada, en absoluto. Es que si los llevasen a esos colegios, sus hijos tendrían buenas instalaciones deportivas, algo que brilla por su ausencia en la mayoría de los colegios públicos en Murcia. Gozarían de una calefacción adecuada, en estos duros días de invierno, y otras menudencias por el estilo de las que sus hijos no pueden gozar, pero sí los que disfrutan de enseñanza concertada y privada. Por cierto, que debe ser muy duro para los padres que conocen todo esto, que saben de las carencias de los colegios de sus hijos, llegar a la conclusión de que con sus impuestos (en este país todos tenemos que pagar impuestos, menos algunos) se pagan esas calefacciones e instalaciones de las que sus hijos carecen.

Las comunidades que más dinero aportan por alumno de centro concertado son País Vasco, Navarra, Cantabria y, sí, Murcia. Por cierto, País Vasco y Navarra se encuentran en los dos primeros lugares de nivel de vida en España. Cantabria, el cuarto. Murcia, el sexto por la cola, incluidas Melilla y Ceuta. ¿No es para pensar, y no bien?