Hace dos años Pacto por el Mar Menor comenzó su andadura con la organización de una Jornada en la Universidad de Murcia a la que se invitó a investigadores, políticos, sindicatos y personas capaces de comprometerse con un objetivo improrrogable: la protección y recuperación del Mar Menor. En esa mesa de encuentros todos los partidos políticos dieron su palabra a la sociedad para trabajar por la laguna.

Estos dos años, el carácter independiente y heterogéneo, la seriedad y transparencia de nuestra plataforma ciudadana han ido sumando personas con capacidad y compromiso. Somos más de mil integrantes y más de treinta organizaciones y seguimos creciendo. El trabajo que desarrollamos desde el grupo de coordinación es intenso y con una entrega generosa de conocimiento y sentimiento, de tiempo personal y esfuerzo continuado. Somos conscientes de que colocar el medio ambiente por encima de intereses económicos es una labor titánica cuando la maquinaria política y económica está diseñada para obviar lo que es gratuito y pertenece al bien común.

El compromiso adoptado por los partidos políticos ha desembocado sobre todo en la constitución de comisiones, comités o grupos de trabajo, así como la tramitación de una Ley, una Estrategia de Gestión Integrada, un Decreto y actuaciones de la CHS, entre otras. Se ha creado también una dirección general del Mar Menor una vez Medio Ambiente se separó de Agricultura. Todo ello implica un sinfín de reuniones y explicaciones.

Se están haciendo cosas, pero son insuficientes y confusas. También sabemos que los tiempos de la naturaleza y de los intereses socioeconómicos son distintos. Pero eso no significa que los seres humanos que trabajan y ejecutan las soluciones tengan que adoptar la misma lentitud que un ecosistema agredido para recomponer su equilibrio. Dicho de otro modo, si las medidas no se implementan y se continúa en el debate, asistiremos a su muerte.

Un debate que hoy es un esperpento de contradicciones ya sea a pie de campo, en prensa o en reuniones cerradas. El balón de la responsabilidad e inacción no cesa de rodar de un equipo a otro. Enmiendan decretos, debaten Leyes, desconocemos proyectos, objetivos y periodos. La información circula en un ciclo eterno de 'y 'tú más'. La idea de convertir el Mar Menor en un enclave turístico clónico de otras zonas, con turismo insostenible, y la incapacidad de que los sectores económicos más fuertes cedan, sigue en vigor. Estos patrones de comportamiento dañinos nos han llevado a la situación actual.

El medio ambiente no es un interlocutor en las mesas de negociación. Lo tenemos que defender como un recién nacido indefenso y depende de cómo lo traten los demás. Expoliar los recursos naturales está penado y aquí parece que a más impacto menor costo. Por eso encontramos situaciones paradójicas como sanciones por jugar a las palas en la playa e impunidad por verter cantidades ingentes de nitratos, fármacos o metales pesados porque no hay denuncia, y de haberla, sería difícil demostrar la autoría.

La sociedad ha reconocido su culpa siendo activa y reivindicativa. Pacto por el Mar Menor se constituyó para dar la voz de alarma y se hubiese disuelto con todo encauzado después de unos meses. Sin embargo, nos vemos dando el relevo a nuestros hijos, que deberán defender un Mar Menor vivo que no conocieron. Cada día amanecemos con noticias alarmantes como la posible apertura de golas, la atribución al Comité Científico de la demora de actuaciones de la Administración o el enfrentamiento con la CHS. Y es que desgraciadamente no se ha llegado a la toma de conciencia del problema real.

Necesitamos la colaboración activa de todas aquellas personas que creen en el medio ambiente como algo a lo que tenemos derecho, y saben que la salud de éste es la nuestra. Personas que acepten un compromiso y lo prioricen, sin intereses políticos, económicos ni de ningún tipo, y que se respeten a sí mismas, a los demás y al medio que las acoge. Personas como esta pareja que nos emociona con sus palabras:

Ella: Me gustaría poder formar parte de vuestra organización. Me siento muy vinculada con el Mar Menor y quiero poner mi granito de arena en esta causa. Mi marido es murciano y pasamos nuestras vacaciones en el Mar Menor desde hace diez años. La infancia de mi marido está vinculada directamente con el Mar Menor y nuestra historia de amor también. Me encantaría que mis hijos y mis futuros nietos puedan seguir disfrutando de este paraíso. Por ello, quiero unirme a esta plataforma y ayudar en lo que pueda a esta causa.

Él: Soy el marido, el padre de sus hijos y futuros nietos, el de la historia de amor, el qué pasó su infancia allí, el murciano que disfruta sus veranos allí, el comprometido con salvar el Mar Menor, el que se tomó más de una sardinada en La Perdiguera, y el padre de caballitos de mar. Podéis contar también conmigo para lo que necesitéis.

Doy fe, como afortunada receptora de esa bella experiencia, que el amor a orillas del Mar Menor es único. Su capacidad de desarrollar sociológicamente a las personas que lo viven es otro de sus tesoros. Hoy el Mar Menor sigue en estado crítico, ¿para cuándo soluciones efectivas?