Había pensado elaborar esta columna, dedicada a felicitar a la Escuela Oficial de Idiomas de Murcia en su 35 aniversario, haciendo el ejercicio de escribirla en castellano, pasándola, por ejemplo, al alemán a través de un traductor automático de esos superfiables que abundan por internet, y volviéndola a pasar después en la misma forma al castellano para así publicarla. ¿Se imaginan el resultado? ¿Alguien me comprendería?

Ya imagino yo que no. Los idiomas son bichos vivos y muy especializados, complejos, dinámicos, resultado de las respectivas historias evolutivas de los pueblos que los hablan, compendio de la cultura, bellísimos en sus formas y, salvo el tuyo, más difíciles de aprender que la madre que los parió. Por eso es imprescindible que alguien o alguienes (qué gusto permitirme una patada al castellano en una columna de esta temática) dedique sus días, su profesionalidad y sus desvelos a enseñártelos.

Y eso es lo que hace la EOI desde que el 23 de octubre de 1982 apareciera publicada en el BOE la creación de la primera Escuela Oficial de Idiomas de la Región de Murcia. Desde entonces más de 80.000 personas han pasado por sus aulas para formarse en inglés, alemán, francés, italiano, árabe y, toma ya, hasta chino. Incluso algunos de los alumnos lo que hacen en esta escuela es aprender español, con lo fácil que es, por que a los pobres les ha dado por ser extranjeros.

¿Cuántos éxitos profesionales se habrán debido a las enseñanzas en idiomas de la EOI durante estos años? ¿cuántas personas habrán viajado con solvencia por ello? ¿cuántos otros habrán podido así conocer a sus parejas de otros idiomas que luego les habrán dado preciosos y bilingües niños? He hecho la prueba y he escrito en Google la frase «¿Para qué sirve aprender idiomas?». Y justo la primera entrada que me aparece te da, ni más ni menos, cincuenta razones. Pero además la EOI te enseña el idioma y encima te lo certifica, con esas letras numéricas del abecedario, A1, B1, B2, C2, que a todos nos suenan y que para muchos son una aspiración y, a veces, una pesadilla.

En fin, que no me quedo con las ganas de hacer el ensayo de traducción automática inversa que he mencionado al principio y por eso voy a traducir al alemán por internet la frase «Muchas, pero que muchas y muchísimas felicidades a la Escuela Oficial de Idiomas de Murcia, templo de las lenguas, casa proveedora de oportunidades, entidad loable, lo hable quien lo hable. Y mis mejores deseos para otros, no ya 35, sino 35.000 años más de buen trabajo».

Luego, desde lo que me haya salido en alemán, Internet me lo volverá a pasar al castellano. El resultado es este: «Muchos, pero muchos y muchos Felicitaciones a la Escuela Oficial de Idiomas de Murcia, Templos de idiomas, Proveedores de oportunidades en el hogar, seres dignos de alabanza, que lo hablan, y mejores deseos para otros, no 35, sino 35,000 años buen trabajo más».

¿Ven a lo que me refiero?