El 19 de diciembre de 1973, Carrero Blanco recibía al secretario de Estado norteamericano Henry Kissinger, sin que la entrevista deparara resultado alguno. Al día siguiente estaba previsto el inicio de la vista de los sindicalistas encausados en el proceso 1.001, pero el juicio quedaría aplazado por un hecho inesperado. Cuando el almirante Carrero sale de su misa diaria, ETA lo hace volar por los aires en su Dodge Dart con una mina enterrada bajo la calle Claudio Coello, por la que hacía su recorrido sin precauciones especiales.

Ante la inesperada muerte, se hace cargo del Gobierno el vicepresidente Torcuato Fernández Miranda, quien a las once de la noche de aquel mismo día comparece en televisión, donde lee un comunicado oficial atribuyendo a ETA el atentado y rematándolo con la frase: «Hemos olvidado la Guerra Civil, pero no olvidamos ni olvidaremos la victoria».

Un Franco con evidente decadencia física designa, posteriormente, a Carlos Arias Navarro presidente del Gobierno, quien el 12 de febrero del 74 pronuncia un discurso aperturista, que promete reformas legislativas a corto plazo.

Debió de ser por aquellas fechas cercanas al complicado ´espíritu del 12 de febrero´ y a la muerte del Caudillo cuando el archenero José López Ruiz abría una modesta imprenta llamada Multi Rep, en la murciana calle de Junterones. Una imprenta moderna, gracias a su manejable maquinaria que introducía los novedosos sistemas de reprografía: IBM Composed, ampliadora Agfa Repromaster y máquinas Offset de doble cuerpo que permitían la impresión de carteles en cómodo tamaño de papel A3.

La Universidad de Murcia, bajo los designios de don Manuel Batlle, sufría una inusual efervescencia política. La inquietud de los movimientos de izquierda se hacía patente ante la larga agonía y la muerte de Franco: CC OO, UGT, PSOE, PSP, PCE, PTE aún en la ilegalidad movilizaban a sus militantes mediante cartelería que inundaba las calles de Murcia, olvidando las ´vietnamitas´, multicopistas de propaganda en la clandestinidad que pasaron a la historia de Murcia gracias al considerable abaratamiento de los precios de imprenta que ofertaba y la exquisita discreción que aseguraba Multi Rep.

La llegada a la presidencia del Gobierno de Adolfo Suárez y el nuevo rumbo de su política de Estado hacia la democracia, hizo que el búnker murciano llamara a sus seguidores en dura competencia con la izquierda, visible ésta en la proliferación de carteles y murales en la ciudad. Fuerza Nueva, organización que dirigía en Murcia el aparejador Miguel Sancho Ruano, igualmente recurrió a Multi Rep en aquellas fechas históricas de hace 42 años, empapelando literalmente nuestras calles.

Leer la esquela de José López Ruiz, ´Pepe el de la Imprenta´ en su Archena natal, me lleva inexorablemente al emotivo recuerdo de aquellos días de juventud en los que ejercía de dibujante anónimo en aquella selva de siglas de partidos políticos que proliferaban ante la recién creada democracia española y los nuevos tiempos que surgían.

López Ruiz siempre fue un adelantado a su tiempo en su oficio de impresor, sus nuevos negocios como Rapid Centro Color y otros, así lo ponen de manifiesto y su triste desaparición nos conduce al grato recuerdo de viejas ensoñaciones de libertad.