Rajoy está a punto de inventar una nueva forma de victoria, democrática, sobre el adversario declaradamente hostil y rupturista. Nada de mandar a los tanques avanzar por la Diagonal, ni poner los cañones frente a la Generalidad, como el general Goded en el 34. Ya les tiene bloqueadas las cuentas. Y supongo que las comunicaciones también, en su justa medida. Es la versión moderna del rendir por hambre; pero sin hambre. Asfixiar la fuente de financiación y dejarles incomunicados. Y, claro, permitir que la Justicia, que, pese a lo que creen estos inconscientes, no depende del Ejecutivo, haga hacer efectivas sus decisiones a la Policía judicial. Habida cuenta de la libertad que Puigdemont pidió para los Jorges, parece que él sí cree que tener bajo control a los jueces es lo común en las democracias.

Los notarios de Cataluña ya han difundido su respeto a la Constitución. Y muchos de los funcionarios que hagan realidad la emoción de su catalanismo (no confundir con catalanidad), ya lo sufrirán en sus carnes. Puigdemont ya no es honorable. O lo es en prórroga. A todo esto, llamo ofensiva pasiva, con perdón de la redundancia fónica. ¿No se inventó lo de resistencia pasiva? Pues por el lado contrario, lo mismo. Ojalá que Rajoy triunfe en esta moderna guerra incruenta, pero guerra, que acaba de estallar en España.

Celebro mucho la postura del PSOE. Por cierto, Antich el mallorquín, y Montilla, el cordobés-catalán, deberían ser invitados a dejar el partido. Inconcebible sus ausencias de la votación. Han eludido su responsabilidad, y han traicionado a su ideología. Deberían de haber votado a favor de condenar a esos que han mancillado los cargos que ellos ejercieron. Han confundido sus lealtades. A casa para aprender lo correcto.

Otra cosa: a los delincuentes los atrapa la Justicia, no el Gobierno. Rajoy no debe hacer ni un acto de guerra. Ni aparecer como el jefe de la Policía. Los guardias, con una orden del juez en la mano.

Pasividad en cuanto a mostrar músculo violento. Armas, las financieras y las de comunicación. Hay otras armas, que han actuado ellas solas: la huida de empresas, primero de sedes, luego fiscales, y por último culminadas en deslocalizaciones.

Y estoy de acuerdo en el plazo para las elecciones: el mínimo posible. No se trata de descabezar al monstruo, sino de domesticar al monstruo. ¿Que sale mayoría nacionalista otra vez? Bueno, vale: ésa es la voluntad de los catalanes. Pero ya saben que no pueden conculcar ni la Constitución, ni el Estatuto. Es inútil.

Por cierto, para cambiar una coma del Estatuto se necesitaban (y se necesitan) 90 diputados. Han creído que, para conculcar la Constitución, valen 70. ¿Que los independentistas no se presentan? Pues igualmente bueno. Es su decisión. Un Parlament con PSOE Y CSQPOT, más Cs y PP es bien representativo del arco ideológico válido. Ya hay suficiente nacionalismo en el PSC. Pero los socialistas deben ir quitando alianzas con anarquistas, populistas y domingueros atrabiliarios sobrevenidos por las alcaldías. Alternar con los constitucionalistas, como en Cartagena, debería ser la norma. A Podemos y Cía, ni agua. Lo que obtengan por sus propias fuerzas y punto. En Cataluña y en España entera.

Así que ¡adelante con la ofensiva pasiva!