Sabino Arana Goiri, fue el fundador del PNV en 1895 y para dar a conocer su ideario nacionalista, independentista, y sobre todo racista, escribía artículos en periódicos y revistas y decía cosas como "El bizkaino es de andar apuesto y varonil; el español o no sabe andar, o si es apuesto, es tipo femenino" o "Gran numero de ellos parece testimonio irrecusable de la teoría de Darwin, pues más que hombres semejan simios poco menos bestias que el gorila: no busquéis en sus rostros la expresión de la inteligencia humana ni de virtud alguna; su mirada solo revela idiotismo y brutalidad".

Si, esto lo escribía un señor muy religioso que dejó para la historia un cúmulo de expresiones hacia los "maketos" que mejor obviamos en este escrito y que fomentó la aversión hacia lo español con un odio difícilmente comprensible para alguien tan pío. O quizás no, porque el nacionalismo irracional siempre ha estado unido al odio al diferente y al racismo más atroz, en cuyo nombre tantas barbaridades se han cometido. Incluso un Jesuita como el señor Arzalluz hablaba de "las nueces y de sacudir el árbol", para justificar la existencia de una ETA, que mataba en nombre de ese nacionalismo.

Y en el 2008, era también racismo lo que rezumaban reflexiones y escritos de otro independentista; este catalán, Oriol Junqueras, dirigente de ERC que también hacia profesión de pureza de raza diciendo cosas como "En concreto, los catalanes tienen más proximidad genética con los franceses que con los españoles; más con los italianos que con los portugueses; y un poco con los suizos. Mientras que los españoles presentan más proximidad con los portugueses que con los catalanes y muy poca con los franceses. Curioso...". Pues miren, a nosotros no nos resulta tan curioso que los independentistas digan tamañas barbaridades porque siempre hemos defendido que no hay peor muestra de racismo que el independentismo que defiende su superioridad con respeto al resto. Racismo y gran dosis de fascismo, porque si el nacionalismo es una ideología política que defiende una nación o una región por encima de todo, incluso por encima de las personas, el fascismo es un movimiento político y social que nació en Italia de la mano de Benito Mussolini y que como los discursos de los independentistas de ahora hablaban mucho del mandato "del pueblo" y basaban su influencia ante los ciudadanos, entre otras cosas, en la gran manipulación que se hacia del sistema educativo. Como Franco en su época y como ahora los independentistas catalanes y vascos que han convertido las escuelas de esas comunidades en aulas abiertas de mentiras y despropósitos históricos. El fascismo en Italia promulgo lo que llamaron "leyes raciales", que no era otras cosas que un cúmulo de medidas de discriminación y de persecución hacia todas aquellas personas que no eran como ellos.

Pues bien, cuando la educación en comunidades como Euskadi y Catalunya tiene el tufillo que tiene, cuando todos los días los independentistas salen a las calles de sus ciudades luciendo la enseña que les distingue, algún medio de Catalunya publica artículos en los que se cuestiona el sentimiento nacionalista español que ha emergido en los últimos tiempos, calificándolo de fascista. Si, de fascista. Es decir, al parecer, los sentimientos nacionalistas de ciertas comunidades autónomas son legítimos y progresistas y, por el contrario, los sentimientos de los españoles que deciden lucir también la bandera con la que se identifican entran dentro de la "banalización del mal", como apunta algún articulista aludiendo a la terminología utilizada por Hanna Arendt.

Que desconcertantes nos parecen las diferentes varas de medir que algunos tienen para justificar el nacionalismo catalán y denostar el que se está despertando en algunos puntos de España aludiendo a incidentes de la ultraderecha que han ocurrido últimamente y que no tienen nada que ver con lo que hablamos, pero es lo que hay.