Escribo este artículo por las dudas que he suscitado sobre la gestión de las aguas subterráneas de la semana pasada.

Defendí en mi anterior artículo que del conocimiento que tenemos de las aguas subterráneas, encuadradas en acuíferos, sería conveniente utilizar las de buena calidad para abastecimiento a las poblaciones y dejar el resto para ayudar a cubrir las demandas generadas en época de sequías.

Cuando digo de explotar las aguas subterráneas me refiero a los recursos renovables anuales, e incluso, parte de las reservas en las sequías, pero siempre con el condicionante de que en las próximas lluvias hay que equilibrar de nuevo los niveles de agua de los acuíferos. Pero sí, con toda rotundidad, sí se pueden explotar las reservas en momentos como los actuales.

Todo lo que he dicho hasta este momento y lo que dije en mi anterior artículo se refiere al conjunto espacial de España, no en el contexto de Murcia, y esto que no dije es lo que ha provocado las dudas de si estaba defendiendo la teoría de que existe una salida de agua dulce al mar en las costas de Murcia, las cuales estamos desaprovechando y que, por tanto, según algunos, debiéramos de explotar las aguas subterráneas de la Región.

No existe, rotundamente, ninguna salida importante de agua dulce al mar. Solo muy pequeñas salidas en muy pequeños acuíferos costeros. Nada importante para cuantificarlos. Ya escribí una tribuna sobre el acuífero de Crevillente y los Pozos de los Suizos, que es completamente revelador sobre lo que ocurrió en los años 60 en la provincia de Alicante, con un escenario similar al que nos presentan algunos en la Región de Murcia.

En nuestra Región nuestros acuíferos están sobreexplotados, exhaustos. Lo que necesitan son trasvases de agua para recargarlos a sus posiciones originales, lo que nos llevaría años. Es necesario que se haga en cuanto se pueda. Fíjense bien, cuando se habla del descenso de caudales de agua en el río Segura siempre se habla de que la causa es que llueve menos sobre la cuenca del río. Eso sólo sería una pequeña parte del problema. La causa más importante es la sobreexplotación de los acuíferos, con la bajada consecuente de los niveles de agua. Esta circunstancia hace que las lluvias que se producen sobre las áreas de alimentación de los acuíferos, en lugar de drenar y alimentar a los cauces de los ríos, lo que hace la lluvia es ocupar los espacios vacíos de los acuíferos a los que se les ha extraído el agua. Otro ejemplo es que antes el acuífero del Sinclinal de Calasparra alimentaba al río Segura, ya que el río atraviesa su área de alimentación. Ahora, si se hacen descender los niveles del acuífero, será el río Segura el que alimentará al acuífero. Esto quizá ha hecho pensar, a más de uno, que el acuífero es casi infinito y que debe de venir algún agua alienígena desde Castilla. No, la sobrealimentación le puede venir por alimentación directa del río Segura, no solo por los recursos de lluvias.

Por último, sepan ustedes que el porcentaje de aguas subterráneas dedicadas al abastecimiento de agua a poblaciones es del 26% en España, muy escaso comparado con los porcentajes del 70 al 95% de países como Alemania, Austria, Dinamarca, Holanda, Chequia, Finlandia, etc. Y esto a pesar de que son países con mucha más agua superficial que el nuestro. Si lo hacen, es por una mayor seguridad sanitaria. Muchas cosas debemos de hacer para mejorar.