Creo haber dicho en incontables ocasiones por esta minisección que el tiempo en nuestra Región es una maravilla. Dice la web de Murcia Turística (ojo con el nombre, que parece que sólo habla de la capital, cuando nos debe representar a todos) que la Comunidad Autónoma disfruta de 3.000 horas de sol al año. También he dicho por aquí, y eso lo sé con certeza absoluta, que mi ciudad, Cartagena, es la joya del sureste español, y no creo equivocarme si digo que esas 3.000 horas de sol al año, en la urbe que cuenta con más de 2.200 años de historia se convierten en 8.760... Hagan las cuentas y verán cómo estamos. La cuestión es que este privilegiado tiempo nos permite otorgarnos un chapuzón casi en cualquier momento del año. Sin ir más lejos, durante este puente del Pilar son miles los cartageneros y visitantes que han disfrutado de las playas del municipio. Yo, de hecho, aproveché el pasado fin de semana para remojarme en Cabo de Palos. El agua aún mantiene una temperatura perfecta para un baño de órdago y, sorpresa para mis ojos y placer para mis sentidos, aún hay chiringuitos sobre la arena. Eso sí, si se animan y acceden a comprobar lo ídílico de nuestra costa, de mi costa, les voy a dar un consejo. Nada más salir del agua séquense bien, incluso lleven una muda y cámbiense la ropa mojada, no les vaya a pasar como al que suscribe y se tiren toda una semana a base de medicamento. Creo que eso también va implícito en ser cartagenero. Somos impulsivos, damos pocos pasos atrás, cabezones como nosotros solos... pero defensores a ultranza de lo nuestro, de lo mío. ¿Se atreven a conocernos?