Creer en la llegada del AVE a Murcia y su soterramiento ha dejado de ser una cuestión de fe, porque hemos pasado de las meras palabras a los hechos concretos. En la reunión mantenida entre el presidente de Adif, Juan Bravo, y las tres Administraciones integradas en la Sociedad Murcia Alta Velocidad, se dio un paso importantísimo al acordar fechas y presupuestos para todo el soterramiento (cuatro kilómetros en total) y la financiación necesaria: nada menos que 568 millones de euros. Así pues, hay plazos y presupuesto comprometido, dando cumplimiento al compromiso adquirido por los Gobiernos regional y local de poner fin a la división urbana que la zona sur de la ciudad lleva sufriendo desde hace más de 150 años, y acortando además la planificación prevista para reducir la afección de las obras a los vecinos.

Por tanto, no existen motivos para dudar del soterramiento porque es una promesa firme, decidida y fijada en el tiempo. No caben más retrasos, ni más dilaciones. Pero, por desgracia, los partidos políticos de la oposición llevan un tiempo intentando manipular y socavar la opinión de los vecinos porque supone que el único objetivo del PP es que llegue el AVE antes de las elecciones, cuando nuestra verdadera pretensión no es otra que hacer por fin realidad los intereses y demandas de los murcianos.

Porque, ante determinadas manipulaciones en la que algunos son verdaderamente contumaces, hay que insistir en que, incluso en el caso hipotético de que no hubiese AVE, las pantallas de protección que han bautizado como ´muro´ son absolutamente necesarias para acometer la excavación del soterramiento; y que, mientras se lleva a cabo, es igualmente imprescindible instalar una vía provisional para que siga discurriendo el tráfico ferroviario. Todo lo cual no va a obstar para asegurar la permeabilidad entre una y otra parte de la vía mediante unos pasos transversales.

Nosotros hemos condenado desde el primer momento, y con la firmeza y contundencia requeridas, los actos vandálicos de boicot a las obras del AVE y el soterramiento por parte de grupos violentos; y que han llegado al extremo de causar destrozos tan graves que han dejado a Murcia incomunicada por vía ferroviaria durante varios días. Y no hay derecho: ni a aislarnos del tráfico ferroviario, con los consiguientes perjuicios a sus usuarios, ni a poner en riesgo unas obras que conducen al tan anhelado soterramiento, ni a por supuesto empañar ni ensuciar décadas de una reivindicación vecinal ejemplar.

Para más inri, estos actos violentos han provocado la paralización de las obras del soterramiento que ya estaba acometiendo la empresa adjudicataria, que incluso está planteándose la posibilidad de rescindir el contrato con el Ministerio. Algo que no deberíamos permitir en ningún caso si no queremos despedirnos del soterramiento para siempre. Así pues, y tal y como ha hecho el presidente, López Miras, cabe apelar a esa inmensa mayoría pacífica, incluida por supuesto la misma Plataforma Pro Soterramiento, para que se integren en la solución aportada para soterrar de forma definitiva las vías y formen parte de un grupo de trabajo que haga un seguimiento de las obras. Evaluaríamos así el grado de cumplimiento de los compromisos adquiridos, que reivindicaríamos si comprobáramos que no fuesen convenientemente atendidos.

No es momento de imponer vetos, sino de arrimar todos el hombro en torno a una mesa en la que estemos los representantes políticos y de la sociedad civil, bajo un objetivo que, por encima de intereses partidistas, todos deberíamos compartir: acabar con una barrera arquitectónica, eliminar las vías que desde hace 156 años separan a los vecinos de uno y otro lado. Una demanda histórica que por fin está proyectada y tiene presupuesto.