Me entero por LA OPINIÓN de que la Coordinadora de Cultura, profesora Diana de Paco, y la coordinadora de Publicaciones, profesora Carmen Sánchez Manzanares, de la UMU, han dimitido de sus cargos en disconformidad con no sé qué líos internos del vicerrectorado pertinente. No me importa para nada que todo el mundo sepa que son amigas mías, la primera comparte farándula en el mismo grupo de teatro leído conmigo. La segunda fue alumna dilecta en los dorados tiempos del Bachillerato. Paso de los líos internos de la Universidad. Los olí de cerca en mis efímeros tiempos de docencia universitaria, y nada más diré de ellos.

Sí quiero hablar de la valía y los méritos de ambas mujeres. Aunque, en realidad, son el mismo mérito: haber conseguido abrir la hermética Universidad a la sociedad murciana. Diana de Paco es la creadora de DELETREARTES, que ya es marca de la casa. Todo el mundo ha sido escuchado, y la mayoría ha salido satisfecho, cuando ha ido a llevar proyectos y propuestas a su atención. Hasta la moda entró en las paredes universitarias. Esto parece muy fácil. Pero no había sido hecho hasta ahora. La endogamia cultural universitaria en Murcia ha sido proverbial.

Esto ha dejado de ser así, durante, al menos, los dos últimos años: los del mandato de Diana de Paco, profesora del Departamento de Lenguas Clásicas. No sabemos si, en adelante, seguirá siendo como hasta ahora. Ha sido un logro fundamental, que debía de estar conseguido, institucionalizado y continuado desde tiempo ha; pero no ha sucedido esto que digo. La Universidad de Murcia, muy posiblemente, retome su tradición de ofertar, desde su supuesta infalibilidad, en lugar de aceptar propuestas. O sea, prepotencia que se autoignora como tal. La UMU pierde un activo muy precioso, y preciso, al haber propiciado las causas de las respectivas dimisiones. Pues ambas han dimitido por causas ajenas a su voluntad de servicio y continuidad.

En cuanto a Carmen, qué decir, que, navegando por el mismo rumbo antedicho, le ha recordado a la sociedad literaria murciana los tiempos del malogrado Pepe Perona, que tuvo la osadía de publicar creación literaria. Carmen, con los Premios Dionisia García, la colaboración con Lienzo y Papel, de la Asociación de Amigos del MUBAM (por cierto, con éxito comercial pleno) y otras participaciones corporativas, siempre del interés social en la Región, ha añadido de nuevo esa impronta a la UMU, sin perjuicio de continuar, nuclearmente por supuesto, con la línea editorial científica y divulgativa con toda la severidad requerida. Carmen ha aumentado los filtros de edición en este sentido.

Han sido dos corrientes de aire fresco que han visto cerrarse las ventanas que lo propiciaban. ¿Volverán de nuevo las maniobras orquestales en la oscuridad tan propias de la casa?

No sé si será posible remediar este desaguisado. Pero si las altas esferas de la UMU lo repensaran, cuán mejor sería para todos. Una Universidad tiende a convertirse en coto cerrado, abierto sólo para pocos. Y no sigo este hilo (como se dice en las redes) porque no toca. Lo que toca ahora es lamentar la pérdida que han tenido la Universidad y la sociedad murciana en el ámbito regional. Toda estructura de poder se convierte en una autoestructura de mantenimiento de los titulares en el cargo. Por ahí van los tiros. La Universidad no es inmune a este virus.

Qué pena. Al menos podía pensarse que en la teórica Casa de la Inteligencia dejaría de ser así.

Carmen y Diana, muchas gracias por el intento, y logros conseguidos durante este tiempo. Ya sólo queda esperar la buena voluntad de quien venga, y decida (o lo dejen) seguir la impronta marcada: la única correcta.