Con lágrimas en los ojos y agradeciendo la suerte que tienen de vivir en la mitad norte de España. Así habrán recibido los vecinos de la localidad gallega de Vigo y los residentes en el País Vasco las noticias que les llegan desde la arcadia murciana, que se encuentra en plena lucha con las autoridades nacionales, regionales y locales para que en la capital de la Región no se construya un muro y se cumplan los compromisos adquiridos antes de que estallara la burbuja inmobiliaria y se fuera al garete el proyecto de soterramiento de las vías del tren a su paso por la zona sur de la séptima ciudad del país.

Puede que las lágrimas sean de pena al ver la gran cantidad de gente congregada en Murcia mostrando su rechazo al muro que nos quieren poner y la falta de empatía por parte de los gobernantes, pero es más probable que las lágrimas sean de emoción al ver lo que ellos han conseguido frente a otros habitantes de España que llevan camino de convertir su lucha en una rutina y un bucle.

Los habitantes de Vigo acaban de ver salir a la tuneladora que llegó a su ciudad hace años enviada por Fomento y que les ha hecho un soterramiento de ocho kilómetros. Y encima sin que les cueste ni un euro. Todo financiado íntegramente por Adif con una inyección superior a los 400 millones, el doble de lo que vale en estos momentos el soterramiento de Murcia. También serán de emoción las lágrimas de los vascos cuando vean a los murcianos manifestándose de forma multitudinaria, ya que el PNV -el Partido Nacionalista Vasco- ha logrado 3.800 millones de euros para el soterramiento en su comunidad autónoma por apoyar los presupuestos del PP de Mariano Rajoy. En concreto, para proyectos que Adif rechazó por ser inviables debido a su elevado coste.

Llegados a este punto, y con esta información encima de la mesa, es lógico que la Plataforma Pro Soterramiento de Murcia y los vecinos de la zona sur no se fíen de ningún gobierno popular. Sería un acto de fe sin parangón tragarse que Fomento va a invertir en esta Región 200 millones mientras tiene compromisos millonarios con otras regiones. En el pasado, con menores hipotecas, a la Región le tocó la calderilla y ni siquiera se hizo un esfuerzo por parte del Ministerio cuando hubo incluso muertos en una línea hacia Levante aún sin electrificar.

Está claro, que con estos precedentes, es necesario que a estas tierras les caiga en suerte ´un Alberto Núñez Feijóo´ que logre lo que los gallegos consiguieron para Vigo, una ciudad que, a diferencia de Murcia, no es la séptima de España. O ´un PNV´ que, con pocos votos o diputados, arranque a Fomento una lluvia de millones para proyectos imposibles. Mientras tanto, queda la Plataforma Pro Soterramiento y las gentes del sur que, de manera pacífica, llevan años clamando por lo que es de justicia. Así deben seguir porque si alguien debe dar marcha atrás es el Ministerio de Fomento por incumplidor. Por nadie pase.