Hemos llegado a la estación término, al final, de CTNEGRA 2017. Iniciamos la preparación y puesta a punto de los vagones que han transportado a tantos amigos, tantas ilusiones, tantos sueños€ para volverlos a llenar de proyectos, ideas, ocurrencias y nuevos amigos, o no tan nuevos, para que sea el principio de CTNEGRA 2018. Las máquinas a punto y recargándose de pasión, que es el combustible único para llevar a buen puerto (nunca mejor dicho) la IV edición de este festival/jornadas de novela negra. Ahora toca, por mi parte, analizar someramente, y opinar, lo que me ha parecido el desarrollo de las cinco jornadas en las que ha transcurrido el cara a cara de los autores invitados con el público, en general, y los lectores, en particular.

En primer lugar señalar el apoyo de nuestro Ayuntamiento. Para que todo pueda desarrollarse con éxito, el vil metal es necesario, euros con los que participa el Consistorio. Pero lo que nosotros valoramos por encima de todo es el apoyo personal de nuestra alcaldesa Ana Belén Castejón Hernández, apoyo que reflejó en sus palabras en la inauguración de este evento literario. En lo que dijo se vio claramente que tanto ella como el Concejal de Cultura, David Martínez Noguera, han entendido perfectamente cual es la filosofía que arropa nuestra idea y trabajo. Le comuniqué que sus palabras me habían emocionado porque habían dado en el clavo y dejaban muy claro que CTNEGRA es un patrimonio de todos los cartageneros con su alcaldesa al frente.

Los responsables de desarrollar día a día estas jornadas nos sentimos más que satisfechos por las muestras de cariño y el reconocimiento que hemos recibido de los autores invitados. Autores que conocen de primera mano otros festivales nacionales y nos han expresado que Cartagena Negra, en tres ediciones, ha escalado a lo más alto con un sello muy particular en cuanto a la atención y acogida a todos y cada uno de los participantes. No podemos estar más contentos con expresiones como: Un trabajo excelente. Estamos disfrutando de lo lindo en el mejor festival de novela negra. Mil gracias por vuestra acogida y enhorabuena por el resultado de las jornadas, vuelvo a casa con un recuerdo inmejorable. Larga vida a Cartagena Negra y a ese par de tipos que saben bien lo que hacen. Y muchísimas más.

Es curioso, que han venido personas (no autores, simplemente público) de fuera de la provincia, para acompañarnos. Desde Elche, Madrid, Barcelona, Granada. Gracias. Y, la guinda, al marchar, una de ellas, deja escrito lo siguiente: «Me identifico con las personas que son todo corazón y en CTNEGRA se aprecia en cada detalle. Lo que Antonio Parra Sanz y Francisco Marín Pérez están haciendo por la literatura en Cartagena y en general en la región no hay dinero que lo pague. Estaremos siempre en deuda con ellos». Sin palabras me quedo.

Todo esto es la cara. La cruz, como suele ocurrir, la encontramos en nuestro propio entorno, en los más próximo a nosotros. Veamos: la asistencia de público ha sido de diez. El comentario de un invitado me llamó la atención: «¡Tenemos hasta público, maravilloso!». Público de a pie, infantería ávida de cultura y deseosa de dialogar con sus autores favoritos y menos favoritos. Ahora bien, hemos echado de menos a ese otro público que se autodenomina ´escritor´. Por lo que observamos, parece que estaba tanto o más ocupado que los que se han desplazado de fuera. Quiero pensar que estaban encerrados, las 24 horas del día, alumbrando su próxima obra o en sus propias presentaciones por aquí y por acullá o trabajando sin tener ni un minuto para interesarse por alguna de las actividades que hemos desarrollado. Siempre hay excepciones, y agradecemos su presencia y la ayuda que nos ha prestado María Del Pilar Fernández Senac.

Debo insistir en que es un evento de Cartagena y para Cartagena al que todos debemos apoyar y empujar. No quiero pensar que alguno de los responsables principales, Antonio Parra Sanz o yo mismo seamos un freno para dicha asistencia. Dispuesto estoy a dar un paso atrás si con eso consigo que los padres/madres de las letras cartageneras asistan. Dicho queda, siempre hay un principio y un fin.