Lo más fácil es matar al mensajero. Hacer responsable a quien informa sobre lo que acontece cuando las cosas no se publican como a uno le interesa. Pero pensemos un momento, y sólo por poner algunos ejemplos: ¿quién tiene la culpa de que el Mar Menor esté hecho unos zorros? ¿quién tiene la culpa de que se prometan obras en los colegios que luego no se hacen y que terminan provocando manifestaciones de padres y alumnos? ¿quién tiene la culpa de la tensión in crescendo en el tema de la llegada del AVE a su paso por Murcia, que ya ha llegado al punto que nunca debería haber tocado, el de la violencia? ¿quién tiene la culpa de que los trenes de cercanías y el de la línea a Madrid directa por Albacete no se hayan mejorado en muuuuchos años y nos hagan recordar la canción del ´chucuchú del tren´?¿quién tiene la culpa de que la Región tenga un aeropuerto cerrado a cal y canto y que cada día nos cueste dinero a todos los murcianos? y ¿quién tiene la culpa, en definitiva, de que los políticos prometan y prometan cosas cuando están en campaña electoral que luego o no cumplen o les dan la vuelta totalmente?

Desde luego no quienes lo cuentan, quienes se hacen eco de las protestas de los vecinos y afectados en general. Por eso, digo yo, que mejor nos iría a todos si las energías que nuestros políticos gastan en contrainformar o en acusar a los mensajeros las gastaran en resolver los problemas que ellos mismos han creado por su inoperancia y su incapacidad gestora.