Como reza el dicho, los artículos de mercería lo mismo valen para un roto que para un descosido. Y es que pueden tener más utilidades de las que pensamos. Ayer, un médico me compró media docena de cintas métricas. «Estoy harto de solicitarlas a la consejería de Sanidad sin que hagan caso. Me envían de todo menos cintas métricas». Me cuenta que las utiliza mucho en su consulta. «Junto al fonendoscopio, la llevo siempre colgada al cuello€ como si fuese un sastre. Paciente que entra por la puerta, le mido la cintura y lo apunto en su ficha. Los hombres que sobrepasan los 102 centímetros y las mujeres que superan los 98 tienen la bronca asegurada. Controlar tu cintura es la mejor manera de controlar tu corazón». Así que ya saben, no sería malo llevar una cinta métrica en el bolso y, de cuando en cuando, medirse el contorno.