Los que vivimos en Murcia jugamos con ventaja en estas fechas. La cuesta de septiembre se hace en muchas ocasiones mucho más empinada que en enero y no solo por la cuestión económica, sino por la temida depresión postvacacional. Los murcianos, como decía, hemos podido disfrutar a la vuelta de nuestra ´escapada´ veraniega de los numerosos actos que desde el Ayuntamiento de Murcia han preparado en la Feria de Septiembre. Desde el martes, con el regreso de nuestra patrona la Virgen de la Fuensanta a su Santuario de Algezares, ya vemos cómo desmontan a toda velocidad los huertos del Malecón, el campamento de Moros y Cristianos y las atracciones que durante más de una semana han arrancado miles de carcajadas a los más pequeños en el recinto ferial de La Fica. Pero durante estos días hemos podido disfrutar de actos curiosos, actos llamativos que han hecho que la Feria de Septiembre se gane el apellido de Feria de las Novedades. Veíamos, con el corazón encogido, al funambulista murciano del Circo del Sol Vicente Quirós cruzar un alambre de 90 metros sobre el río Segura a once metros de altura, caballos trotar al ritmo de las notas de Carlos Piñana en la plaza de San Agustín. Pero sin duda la puntilla la puso ayer la Romería en la que la Fuensanta estuvo acompañada en el tramo inicial del recorrido por la Virgen de los Peligros y que fue sobrevolada, ya en su Santuario, por un autogiro recreando el vuelo que hizo Juan de la Cierva hace 87 años. Complicado lo tendrá el Ayuntamiento y el concejal Pacheco para superarse en 2018. Y, ahora sí, vuelta a la rutina.