Una oposición seria y responsable no puede transformarse en ejecutivo, aunque sí debe intentar ayudar a diseñar políticas, pero, sobre todo, forzar determinadas situaciones en beneficio de la ciudadanía; todo ello a pesar de los ataques recibidos por parte del poder dominante, lo que no ha impedido que la actuación de Ciudadanos haya resultado clave en la necesaria renovación de la política regional murciana.

En el tema del soterramiento nuestra posición ha estado bien definida. Nuestro pacto con el entonces consejero de Fomento, Francisco Bernabé, tenía una misión, extender el soterramiento hacia la Senda de los Garres para que se cumpliera lo firmado en el Convenio de 2006, quedando a la espera de que los consejeros de Fomento hicieran su trabajo en Madrid y obligaran, de este modo, al Ministerio a sacar sin más dilaciones el proyecto definitivo de soterramiento de la ciudad de Murcia. Un proyecto donde estuvieran claramente determinadas y definidas las fases para que las mismas se dotaran de una temporalidad y sobre todo, de una partida presupuestaria en los Presupuestos Generales del Estado.

Sin embargo, nada de esto se ha realizado, por lo que, a día de hoy, seguimos esperando ese pacto-plan de infraestructuras regionales, del que después de dos años y medio no tenemos ni siquiera un guion, como tampoco de la definición de la circunvalación de mercancías para la ciudad de Murcia y Alcantarilla, que se nos dijo que iba a pagar la Autoridad Portuaria, esa a la que no debe molestarle el estrangulamiento en la salida de sus mercancías peligrosas por vía única con destino a Madrid. El Gobierno regional tampoco se ha preocupado de valorar el peligro que esta circulación podría conllevar, ni ha exigido al Gobierno nacional que cumpla con su parte, desdoblando Camarillas, electrificándola y terminando los viaductos y túneles que quedan para dar servicio directo a Madrid por Cieza, como la Región se merece.

Ante la situación que conlleva el estrangulamiento durante casi dos kilómetros de los trenes a su paso por la ciudad de Murcia, el posible desvío de los cercanías a Albatera y, sobre todo, los problemas derivados del paso de los mercancías por la capital murciana, el Grupo Parlamentario Ciudadanos presentó una alternativa en la Asamblea Regional; una parada técnica del AVE en Beniel asistida por trenes lanzadera, mientras se definían los proyectos de soterramiento y la necesaria circunvalación de mercancías. Una posibilidad que había sido barajada en varias ocasiones por ADIF y rechazada por el Gobierno regional porque estima que, a pesar de los muros y el caos del tráfico, la llegada del AVE en superficie en 2019, haría olvidar a los murcianos desastres tan latentes como el Mar Menor, el aeropuerto, la Paramount, etc., permitiéndoles salir indemnes.

Olvidan, sin embargo, que la llegada del AVE traerá consigo la supresión de los Altaria desde la ciudad de Cartagena, cuyos habitantes se tendrán que desplazar a Murcia, como los del resto de la Región, a una estación en proceso y sin apenas accesos, con el agravante de provocar un caos circulatorio que enfatizará, aún más si cabe, el rechazo social a la llegada en superficie de un tren que debería llegar soterrado. Desde ese momento, estará pavimentado el camino que nos conduce a los radicalismos y regionalismos por la insistente asimetría de las autonomías, dejando a Murcia sumida en la arbitrariedad e inoperancia de quienes la gobiernan.

En esta Región, se precisa un giro radical en sus políticas de Inversión. No podemos continuar sin una planificación regional de infraestructuras, sin una circunvalación de mercancías para la ciudad de Murcia, sin el soterramiento de las vías del tren y todas las inversiones asociadas: mejoras de acceso a la estación, conexión con los barrios, y sobre todo una estación íntermodal que ayude a hacer Región. Y parece claro, a pesar de la oposición del Partido Popular y Socialista, que la mejor solución, mientras esto se aclara, es Beniel.