La semana pasada estuve viendo en Burgos el cráneo de Miguelón, uno de los vecinos más ilustres del yacimiento arqueológico de Atapuerca. Contemplándolo de cerca, nadie diría que ha cumplido ya los 500.000 años; de hecho, su aspecto es tan saludable que un día fue portada de una importante revista internacional (no de Playboy, sino de Nature). Aunque su nombre técnico es ´cráneo nº 5´, todos los científicos lo conocen por Miguelón, porque fue descubierto el mismo día que Miguel Induráin ganara su segundo Tour de Francia. ¿Quién dijo que no es posible la eternidad?