Los mercados son el templo de las falsificaciones. Son míticas las prendas de marca 'Mike' y 'Acliclas', o los cocodrilos 'Lacoste', volteados hacia el lado equivocado. Por eso sorprende encontrarse un logo bien escrito y diseñado presidiendo uno de los puestos, como si de la entrada a Silicon Valley se tratara, al estilo del 'Marbella' que hizo colgar Gil sobre la carretera nacional. Si Zuckerberg lo ve, de la risa, le para los pies a su abogado para que retire la demanda, y truca el algoritmo para darle visitas a la page de este genio del marketing de carro de compra y precios sobre cartón.