¡Qué delito tengo! ¡Toda la semana siendo la nacionalista de mi familia! Intentaba que no pensaran que la manifestación iba a ser un desacato a la inteligencia. Les decía «Que no, que no va a ser». Les hacía creer que una cosa es la lucha contra el terrorismo y otra la defensa de un querer histórico, de dejar de ser pero dejando la mano abierta. Hasta les dije que si yo hubiese nacido allí, «no se yo», pero seguro que «hablaría catalán y defendería mi derecho a hacerlo». Mi madre, que me tuvo a pescado toda la semana, me contestó: «Pero con respeto y en cada momento lo suyo». Claro, llegado el momento, llega el Rey y no sé si estoy asistiendo a una concentración contra los, hasta ese momento, 15 asesinatos, o la final de la Copa del Rey. Pitos, brazos que Sostienen pancartas inoportunas y un pueblo cabal llevado al matadero de la ventana mundial como corderitos. Sr. López Miras, qué razón lleva usted. A todos los murcianos nos habría gustado estar en Barcelona honrando la memoria de las víctimas y dando a muchos lecciones de lo que no tienen: Clase. Por cierto, ¿quién conoce al loco que sujetaba la única bandera de mi país?