He leído recientemente: «¡Parece que está escrita ahora!», en relación a una novela con más de cien años. Como si aquellos que vivieron hace un siglo no tuvieran nada que ver con nosotros. No es de extrañar que haya quien lo piense, ha cambiado mucho lo que nos rodea, pero no lo que recogemos dentro: lo que somos. Tendemos a menospreciar a nuestros antepasados sólo porque sabemos manejar herramientas que ellos desconocían, pero sólo nos diferencia que ahora las tenemos a nuestro alcance, y antes no. Tenemos las mismas dudas, miedos, frustraciones, envidias, pasiones, que tuvieron todos los que pasaron por aquí: 107.000 millones según el Population Reference Bureau.