¿En qué consiste el llamado turismo de masas?, ¿en comprobar que existen tal cual las cosas nuevas y distintas que ya hemos visto antes en el universo multimedia?, ¿en gozar del mismo goce, sea el que sea, que otra multitud de personas, reforzando la moral gregaria?, ¿en simular que nos salimos del mundo en que vivimos y nos instalamos en el que nos han preparado como decorado ad hoc?, ¿en tener algo que contar y mostrar a amigos y conocidos cuando llegue el otoño, y luego el invierno?, ¿en perder de vista un tiempo a familiares, amigos, vecinos, compas de trabajo y viandantes habituales?, ¿en marcar la diferencia con el turismo de masas de los demás, para darnos importancia?, ¿en disfrutar de un clima distinto? Podemos ponernos exquisitos, pero bien mirado he ahí un conjunto de buenas razones para practicar el turismo de masas, tan denostado por los turistas de masas vergonzantes.