Comienzo a redactar esta columna un día en el que, qué les voy a contar a ustedes, el calor es insoportable. Si sumamos la humedad cartagenera resulta el no va más. Esta mezcla es la responsable de que mi pensamiento y mi mente vayan a cámara lentísima. O lo que es lo mismo, me cuesta mucho centrarme en un tema y desarrollarlo. Lo que se conoce como un mal día. Resulta que me resisto a escribir sobre política, ya lo hacen otros compañeros y muy bien, no me bullen ideas, si no me inspira la musa de guardia algo político caerá aunque no quiera.

También es un mal día porque he visto en la tele que el futbolista Cristiano Ronaldo fue a declarar a un juzgado por, presuntamente, haber defraudado a la Hacienda española cerca de 15 millones de euros. Hasta aquí la noticia normal. Lo que no encuentro tan normal es que, según las notas de agencia, estuviesen acreditados unos 200 periodistas y 50 medios de comunicación de todo el mundo. ¿Tan importante es esta persona? ¿Qué aporta a la educación y a la cultura de este país? ¿Realmente interesa a la ciudadanía? Pregunto en voz alta. Las imágenes me asombraban al ver la cantidad de público que había en las puertas de los juzgados para verlo entrar o salir. Al final no lo vieron, se esfumó. Me llamó mucho la atención el ver que, incluso, se había preparado un atril a la puerta de la sede judicial para que vertiese sus declaraciones. En su lugar salió un señor, no se si su abogado o no, y en 13,13 segundos despachó a las cientos de personas que esperaban, periodistas y público. Alguien dirá que soy muy exagerado, pero, cómo decía aquel, paren el mundo que yo me bajo porque no entiendo nada.

Me parece increíble que llevemos un mes entre Ronaldo y Neymar entretenidos y los medios de comunicación, de ello viven, dedicándoles horas y horas, páginas y páginas, a si se va del Real Madrid, uno, y del Barcelona, el otro. Repregunto ¿tanta importancia tienen ambos hechos? Me parece muy triste y lamentable todo esto. Me resulta muy penoso que todo, o casi todo, esté centrado en el fútbol, muy triste. Ya sé que muchos lectores no estarán de acuerdo conmigo, faltaría más, pero mi pena es infinita. Por mí que se vayan? hay un único amor y no es, precisamente, a los de las camisetas, es el amor al color y a la cantidad del dinero. Igual hay suerte y cuando sean publicadas estas líneas ellos estén besando amorosamente el escudo de otra elástica. Para redondear todo esto, el señor Ángel María Villar -amo y señor del fútbol español- Presidente de la Real Federación Española de Fútbol, ha acabado su carrera, como otros muchos, de la mano de la Guardia Civil (qué excelente trabajo están haciendo), que lo ha llevado amorosamente a la prisión de Soto del Real donde se ha encontrado con amiguitos varios. ¿De qué hablarán? Me encantaría oírlos. Es todo un puro disparate. Cada vez entiendo menos cosas. Pero resulta que el día se complica, y para mí se agudiza este mal día, porque quedó en libertad previo pago de una fianza de 300.000 euros en metálico (en menos de 24 horas los reunió). Qué suerte. Al salir declaró a los medios de comunicación que esperaban a las puertas de la prisión: «Quiero también agradecer a los presos del módulo número uno por el cariño y afecto que han tenido con nosotros. Les deseo que tengan suerte en sus litigios y espero verles en la calle». Qué diferencia?unos siguen por no tener dinero y otros salen al abonar, quizás con dinero presuntamente distraído, una fianza. Es legal, pero?

Un mal día porque muchos mienten, no dicen la verdad o intentan torear a la ciudadanía tomándola por boba cuando nadie aclara qué hay de cierto en que se celebró una reunión al más alto nivel en la que se abrió la puerta, según parece, a la puesta en marcha en Cartagena del mayor Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) de Europa.

¿Cuánto hay de cierto en la noticia? Acabo esta columna lanzando una idea: Hay muchos pueblos en España que se están quedando sin paisanos y sería interesante el repoblarlos. ¿Por qué no se llevan a estos inmigrantes allí?, se les dota de medios para desarrollar trabajos varios, se les paga por ello y poco a poco se organizan núcleos familiares. Apunto todo esto en un mal día.