El desasosegado busca que le regalen la oreja. Siempre ha pasado. Te pones a contar algo que para ti es importante y comienzas a ver que tu interlocutor mira el móvil o el reloj. Ya sabes, vas a escuchar que a él también le pasa y que a su primo el otro día le contó algo parecido. No se lo dices, porque tienes respeto, pero de mente lo mandas a la más lejana, a veces demasiado cercana. Por eso no me gusta mucho hablar de mis cosas. Más que por lo que pueda escuchar por el talante. Tampoco es que exija oír solo lo que me venga bien (de vez en cuando no pasaría nada) pero hay momentos y momentos. Lo mejor, en momentos austeros, sería poder elegir. Por ejemplo, elegir ser koala. Estos oseznos eternos duermen, por jornada, veinte horas y las cuatro restantes las dedican a comer. Cómo será, que para no perder tiempo duermen en los árboles cerca de las hojas que engullen. Algo así estará pensando elegir Gónzalez Tovar, dormir hasta que se celebren las Primarias y así pasar el tiempo de espera mejor hasta que asista a la proclamación de la nueva secretaria general del PSRM-PSOE.