Mi reino no es de este mundo. Dijo y expiró. Pues así estoy yo, que creo que en ocasiones no soy de este mundo, pero no estoy dispuesta a expirar. ¿Qué queríais? ¿Qué se sentara en el banquillo y dijese que él era personalmente el que le entregaba el dinero B a Bárcenas? ¿Que el PP le pagó la Primera Comunión de su hijo Marianiño? ¿Qué en su tiempo libre vende helados en las Rías Baixas y cucuruchos de pipas en las Islas Cíes? ¡Señor! Bárcenas, por si se liaba parda, ni apareció. El hombre dijo lo que hay que decir en estos casos y no lo que muchos querían oír. Pues ya está, como siempre, lo normal. Ahora, me niego a hacer mía la creencia que al sentarse Rajoy en el banquillo se sienta España. Miren ustedes, aún queda gente honrada en este país, de la que se toma un café, lo paga, y mira en el monedero si le queda para otro a media mañana. Los que toman manzanilla también lo son. Quien lo piense diferente, pues adelante, ahí han estado sentados en el banquillo, junto al presidente. Yo no, y además me niego a pensar que me pueda salir barba.