Felipe VI otra vez para Barcelona. Cinco veces ha viajado este año a la ciudad condal. Muchos pensarán, lejos de la realidad, que en esta ocasión cómo va usted a celebrar los veinticinco años de la cita olímpica. Pues que lo hace con gusto. Claro, seremos pocos los que recordamos de su vida de aquel momento algo más que su físico, por cierto, difícil de olvidar. ¡Virgen santa que guapo estaba, está, don Felipe! Andaba usted, sentimentalmente, envuelto en una maraña de amoríos. Por recordar, recordamos a aquella chica con la que le fotografiaron dándose un baño y de la que nunca más se supo. De todos modos, por aquel entonces todos sus quehaceres amorosos le conducían a Isabel Sartourius. Vamos, como si utilizara usted la fórmula ¡Santiago y cierra España! Lo que usted no ha olvidado, así que pasen cuartos de siglo, es que allí conoció su hermana Cristina a Urdangarin. Iñaki, apuntando maneras, ensayaba cómo tirar balones fuera jugando al balonmano. Era una joven promesa, vaya si lo era! Aquel año en el diario de Oviedo La Nueva España, era becaria una tal Letizia Ortiz. ¿Le suena? Don Felipe ¡qué veinticinco años han pasado!