"Os anuncio que me voy a presentar a la secretaría general". Palabras del alcalde de Alhama, Diego Conesa, nada más poner los pies en el autobús de vuelta desde Madrid de la delegación del PSRM al congreso federal que formalizó el liderazgo socialista de Pedro Sánchez. Con ese gesto, se invistió a sí mismo de sanchista oficial de la Región de Murcia, y con él dividió en ese instante a los sanchistas murcianos. Tal vez el más secretamente contrariado fuera el alcalde de Calasparra, José Vélez, quien hasta entonces, en la práctica, era el portavoz oficioso de la candidatura ganadora, y quién sabe si aspiraba a representarla con la suya propia. Pero también dejaron entrever su disgusto aquellos que aun habiendo prestado toda su capacidad como activistas a la causa de Pedro Sánchez pensaban que la traducción en Murcia de ese potencial pasaba por María González Veracruz y no por un candidato sobrevenido.

Inteligente anticipación

«Conesa se ha precipitado», le reprochan muchos de los que compartieron con él la plataforma murciana de apoyo a Pedro Sánchez en la primarias. Pero es obvio que su anticipación es un reflejo de inteligencia política, pues es posible que el alhameño intuyera que si tardaba un minuto en señalarse como referencia del nuevo poder alguien acabaría ocupando ese hueco. Sin duda, María González. La diputada había cometido el error estratégico (ella sí se precipitó para mal) de apoyar a Patxi López en las primarias, pero su relato es muy comprensible. Recuérdese que se distinguió en la votación de investidura de Rajoy con aquel «sí, por imperativo» y que si se decidió por Patxi fue porque éste resultaba lo más parecido a Sánchez frente a Susana Díaz, antes de que el defenestrado de Ferraz arrancara su campaña. Cuando lo hizo, María González tuvo el buen gusto de no zigzaguear aun sabiendo que la opción en que se había encerrado resultaría perdedora.

Sánchez y su equipo no olvidan a quienes les empujaron con la piadosa intención de lanzarlos al precipicio, y es costumbre en estos casos reservar una dosis superior de rencor para quienes se mostraron tibios a la vista del espectáculo. No fue el caso de María González, hasta su desplazamiento antes de que la candidatura de Sánchez apareciera nítida, y ya era tarde para retroceder. ¿Entenderían esto en Ferraz? Sin duda, pues ella ha pertenecido al núcleo duro del sanchismo y conserva las relaciones y las amistades. Además, a Sánchez lo que realmente le interesa es mantener a Murcia en su ámbito, es decir, que la federación socialista murciana cuente a su favor. Con María González no habría problema, pues supondría la continuidad con la etapa anterior a la noche de los cuchillos largos (1 de octubre de 2016) en Ferraz.

Diego Conesa, sin duda, es consciente de esta situación. Y por esto se lanzó rápido, para hacer de cortafuegos a un modelo que veía venir, el de que María González heredaría los efluvios del sanchismo. Al proponerse tan temprano, el alhameño mató dos pájaros de un tiro. De un lado, fijó su posición e impidió que le llovieran sugerencias desde Ferraz para que volcara el potencial de la plataforma sanchista en María González. Y a la vez, con su paso adelante dibujó a ésta como la representante del aparato a batir, ya que la confinó gráficamente al tovarismo representado por su padre, Rafael González Tovar, que ha colapsado frente a la emergencia de los nuevos alcaldes y otros renovados dirigentes locales en pueblos y pedanías completamente insatisfechos de una gestión interna poco hábil e inteligente. Sin Conesa, María González habría dispuesto de la corona sanchista; frente a Conesa, la diputada sufre el arrastre de la mochila tovarista.

Por tanto, Conesa no se ha precipitado, sino que ha atajado camino. Se ha puesto la vitola de ´el hombre de Sánchez´ antes de que se subastara el título, de manera que aunque desde Ferraz no lo convaliden como tal tampoco podrán hacerlo con otro o con otra. El problema para él es que el sanchismo de las primarias se ha fraccionado al encarar la ´solución local´. Esto puede constatarse visualmente en el caso de la representación murciana en la dirección federal del PSOE: José Vélez y Begoña García Retegui fueron activistas en favor de Sánchez, pero ahora el primero apuesta por Conesa y la segunda por González. Los recientes congresos de Extremadura y Valencia son expresivos de que las bases socialistas pudieron sostener en las primarias un rechazo combinado: a Susana Díaz, de una parte, y al ´golpe´ del 1 de octubre en Ferraz, de otra, pero una vez resuelto ese asunto pendiente, las cuestiones locales les conducen a otros puntos de interés. Razón por la cual Ferraz no aprieta ni se define, a sabiendas de las complejidades territoriales.

La fuerza de María González

De entrada, Conesa, un humilde, aunque efectivo, alcalde de Alhama, se coloca en el marco de las grandes expectativas, e intenta cerrar el paso a María González. Pero ésta dispone de crédito en muchos ámbitos orgánicos: Lorca, el Noroeste, una parte de Murcia, más lo que pueda añadir si se lanza con inteligencia y energía. Es una mujer que ha aprendido mucho, ha madurado y dispone de un capital político que el PSOE no debería desechar, aunque su error consiste, como he venido señalando aquí hasta la saciedad, en que la oportunidad de optar al liderazgo debiera haberla utilizado antes, y habría ahorrado al partido el interregno de González Tovar y las consecuencias para ella de la torpe gestión de éste. Los ´consejos´ para que no se presente a las primarias murcianas y quede en espera, ya que es joven, de otro momento, son envenenados, claro, y en el fondo tratan de que Conesa no encuentre obstáculos. Si María González se retrae, es obvio que el alhameño se impondrá; si aquella se presenta, ambos pueden salir perjudicados en favor de algún tercero o de un cuarto.

El tercero en discordia es Joaquín López. Quien hable con él lo encontrará decidido a jugar este partido. Se muestra plenamente confiado en sus posibilidades, pero hay quienes señalan que su posición es la de alguien que quiere estar en la brega para, aun en caso de perder, obtener un lugar al sol. Nadie le niega apoyos, pero muchos aseguran que se trata de ´flecos´, y los ´flecos´ sirven para redondear las opciones a la mayoría, no para hacer mayoría con ellos. López ha sido, en un contexto anterior, el ´favorito´ de las alcaldesas rebeldes al tovarismo que se decantaron en las primarias por Susana Díaz. Esto, desde algunos puntos de vista, es un estigma de salida para el actual viceportavoz parlamentario, pero éste ha cuidado de no significarse en ningún momento como susanista. Si sale a correr, reducirá aún más el espacio de María González.

Francisco Lucas, la gran novedad

Pero, atención, he dejado para el final la gran novedad. La cuarta candidatura tiene un nombre que hasta ahora no estaba en los carteles. Ahí va: Francisco Lucas, pedáneo de El Raal, en Murcia, donde el PSOE obtuvo bajo su mandato la mayoría absoluta en la últimas municipales. Joven (roza los treinta años), abogado, y dicen, bien equipado intelectual y políticamente. El restaurante La Venta de la Virgen, a medio camino entre Murcia y Cartagena, ha sido la sede de continuados encuentros para fortalecer esa cuarta alternativa, a la que inicialmente se postulaba el exalcalde de Beniel, Roberto García, pero que ha acabado por parir otro nombre. Y dicen que de manera espontánea, a rebufo del conflicto entre la dirección regional de Tovar y los pedáneos que acabó llevándose por delante a José Ignacio Gras como portavoz municipal socialista. Lucas puede ser la gran sorpresa, pues ha desbordado el apoyo del ´viejo aparato´ que en otro tiempo impulsaba a Roberto García, y concentra a nuevas hornadas socialistas tanto de Murcia como de Cartagena y otros municipios por los que se está moviendo antes de anunciar su candidatura.

El pedáneo colocó a mitad de julio un cartel en la junta vecinal advirtiendo que se tomaba vacaciones hasta el 31 de agosto, pero no se ha movido de allí. Un truco para despejar a curiosos y periodistas, a los que no atiende por teléfono, sin duda con la intención de que su aparición pública resulte una sorpresa efectiva. Tendrá que moverse rápido, como los demás, pues el proceso de primarias arranca con septiembre, y agosto no existe a efectos políticos, de manera que sabremos de qué va esto en lo que queda de julio.

Tanto Conesa, que ya está en escena, como Lucas, que se prestará pronto a salir a ella, son caras nuevas, perfiles por trazar ante la opinión pública. Los otros dos candidatos, González y López, son conocidos en la plaza. Con estos mimbres se reconstruirá el futuro del PSOE en una fase en que renacen las posibilidades de alternativa al PP, dado el marasmo en que éste se encuentra. Sin embargo, muchas voces hablan de que cuatro candidaturas pueden contribuir a ´reventar´ las elecciones primarias y que producirán una resaca complicada. Lo ideal sería, dicen, una sola candidatura o a lo máximo dos que concentraran a todos. Pero esto es imposible de entrada, ya que cada grupo cree que ese operación debe llevarse a cabo al amparo de su respectivo líder y no de otro.

Lo cierto es que a poco más de un mes de las primarias las incertidumbres aumentan en el PSOE, y tanto candidatos como colaboradores sufren de estupor y temblores, que es el efecto que produce a los japones la visión directa de su emperador, según el espléndido relato de Amélie Nothomb. En este caso, no se trata del emperador, sino de la situación misma. Y es que entre dos puede haber un perdedor, pero entre cuatro, ¿quién gana?