El Balneario de Archena es una demostración del milagro del agua. No sólo por sus propiedades terapeúticas, que también, sino por el verdor que nace a su alrededor en mitad de nuestra desertizada región. «Lo verde empieza en los Pirineos», decía la película, aunque se trataba de otro verdor distinto, del que lleva rombos. Aunque alguno habrá que vaya a los balnearios a 'verdearse' y no por la ciática, o ¿es que no os acordáis que antes los viajes de novios se hacían a los Baños de Mula?