¿Qué está pasando? ¿Qué modas son estás? Estoy desencajada. ¿A que parezco histérica? Pues no lo estoy. Lo que pasa es que le tengo mucho respeto a los muertos y en lo que va de año no se ya cuántos han sido exhumados, es decir, que han sido, hablando en plata, desenterrados. Lo hicieron con Ruiz-Mateos y ahora van a por el genio de bigote rocococo. Quieren extraer de su tumba al as del surrealismo, a Dalí y por lo mismo que lo hicieron con el dueño de Rumasa: prueba de paternidad. Hay una señora que dice que es su hija pero la lápida que encierra el descanso del artista requiere hasta de una grúa para levantarla y como se encuentra en el interior de un BIC, pues como se dice en mi tierra, «no se puede hacer ná». Dice mi vecina que detrás va la de Franco y que su tumba «no la levanta ni la de Toribio». En fin, lo de Julio Iglesias ha sido más fácil. Le han robado una colilla a su hijo fumador y de ahí le ha salido otro vástago. ¡Y yo pensando que los niños los traen las cigüeñas! Pobre de mí.