Si usted puede exhibir la totalidad de su física anatomía sin que en ella se adviertan pelos ni señales de marcas, dibujos, inscripciones, rótulos ni otras manifestaciones más propias de las pinturas murales o del arte rupestre; si su piel se mantiene lechosa y tersa como el lienzo virgen del pintor, tengo que decirle que no está al día de las modernas tendencias de la moda y del arte.

Usted no ha entendido que lo progre en estos tiempos del crepúsculo de la cultura y de la fragmentación de las corrientes sociales y artísticas es la regresión, la vuelta a lo primitivo y rupestre de aquellos hombres del paleolítico que trasladaban las imágenes totémicas de la piedra a la corporal anatomía, a aquellas remotas culturas de la polinesia que manifestaban su jerarquía y fiereza con todo el cuerpo roturado, e incluso a las superficiales pinturas de guerra que embadurnaban las jetas de los indígenas del Far-West.

Así que usted, a quien de estas ocurrencias solo le suenan la canción de Concha Piquer («Mira mi brazo tatuado») y de oídas La rosa tatuada de Tennessee Williams, modernícese con toda urgencia surcando su cuerpo de trazos, imágenes y garabatos amontonados e inconexos que le ocupen cara, brazos, pecho, torso, muslos, espinillas y plantas de los pies, y si no le queda espacio ilumínese el cielo de la boca, los ribazos del culo y las partes blandas de los tesoros de la entrepierna con signos del zodiaco, ángeles, demonios, mariposas, flores, árboles y tantas sierpes, endriagos y dragones como poblaban la imaginación de don Quijote; todo ello entreverado con anillos, arandelas, clavos, tuercas, colgantes y demás ferralla, que lo elevarán a la categoría de esperpento.

Si usted hace todo esto y, sobre todo, lo muestra con mucha afición y gusto, comprobará que, mientras algunos de sus amigos trasnochados lo tachan de fantoche y mamarracho, la tribu de los modernos y alternativos lo acogerá en su seno, las damas pintarrajeadas como los sioux caerán amortecidas en sus ilustrados brazos y los entendidos lo confundirán con un deportista de élite, e incluso lo considerarán pariente de Beckham, o de Kevin Durant, o de nuestro Sergio Ramos. Y lo principal, marcará usted tendencia en las redes sociales, que eso es lo más.