Estos catalanes no paran de inventar cosas. Unas veces malas, pues algunos pretenden algo tan absurdo, egoísta e ilegal como independizarse sin cambiar la Constitución. Pero la mayoría son buenas, como cuando inventaron las parejas de hecho ya hace algunos años, que fueron imitadas por casi todas las Comunidades españolas, menos Murcia, llegando más allá al beneficiar ese núcleo familiar formado por personas sin relaciones sexuales entre ellas, o como cuando entablaron una seria batalla contra el acoso inmobiliario a los inquilinos de renta antigua o sus múltiples oficinas para atender los problemas cotidianos de sus ciudadanos.

Pero el colmo de este pragmatismo, a tenor de lo que narran las crónicas, ha sido recientemente la actitud de una propietaria de un piso que había alquilado por 950 euros mensuales a una persona, que a su vez (de forma ilegal por no constar autorización de la dueña) lo había subarrendado a una empresa, Airbub, que es una plataforma que se dedica a arrendamientos turísticos por días o fines de semana, y así el geta y caradura del arrendatario primitivo obtenía unos ingresos mensuales de unos 8.000 euros, con lo cual ganaba al mes por una propiedad que no era suya sin hacer nada ni correr ningún riesgo ni pagar impuestos por ella, más de 7.000 euros cada mes.

Ni el Lazarillo de Tormes lo hubiese hecho mejor. La propietaria del piso, enterada del asunto, tenía dos opciones: demandar a su inquilino por haber realquilado sin su consentimiento, con lo cual, entre pitos y flautas, dada la rapidez de los pleitos judiciales, se hubiese desesperado y mientras el inquilino se forraba a su costa, o a sabiendas de esa lentitud, adoptó la otra posición posible: se hizo pasar por una turista interesada en alquilar el piso para un fin de semana, y al finalizar el mismo se atrincheró y se hizo ocupa de su propiedad, cual barco de Chanquete. Y ahora, que sean otros los que corran judicialmente tras ella. No seré yo quien alabe esa conducta, pues en definitiva se está tomando la justicia por su mano, cosa que es muy fea además de estar prohibida por la ley, pero tampoco seré yo quien no la entienda y alabe su inteligencia.

No hagamos que la gente se tome la justicia por su mano, y procuremos todo lo posible para que nuestra justicia sea tan justa como eficiente. Vamos a prestarle la atención que se merece en un Estado de Derecho, y demos respuesta adecuada a las pretensiones de los ciudadanos de a pie, con o sin aforamientos, que eso es lo de menos, si todo funcionara como es debido. Menos crear tipos penales vacíos de contenido a la postre, porque nacen bajo la influencia de actualidad periodística, como atropellar a un ciclista cuando ya está el delito de homicidio por imprudencia, o no prestarle atención cuando ya existe el delito de omisión del deber de socorro, porque lo siguiente será crear un tipo delictivo exclusivo para el atropello de un motorista o de un peatón, por ejemplo, cuando lo importante es crear carriles bici en condiciones en las ciudades y arcenes en la carreteras para circular con seguridad los ciclistas.

Moraleja: No nos perdamos en las ramas cuando el árbol carece de un robusto tronco y está sin raíces profundas.