Hay movidas que ni a casico hecho. Me acabo de enterar de que el proyecto de decoración del barrio de Santa Eulalia (ADN Urbano se llama la cosa, regeneración, participación, revalorización y todo el léxico guai que quepa en el cartel) incluye todo un Barrio de las Letras. Copiopego estas cuatro palabras en el traductor de Google para pasar de neolengua chiripitifláutica a castellano y me sale: un callejón con frases. Bien. Un callejón con frases de poetas murcianos-as (todos excelentes, eso sí). Sigo leyendo. «...para poner en valor la literatura murciana en el marco de la sociedad global...». Copiopego la frase. La meto en el traductor de Google. Google explota.

En una Región sin feria del libro, ni festival literario, ni plan de fomento de la lectura, con unos resultados educativos y de hábitos lectores a la cola del país, con una Editora Regional liquidada y una BRMU bajo asedio, donde por recortar se recortó hasta el único premio autonómico de cierta entidad (el Murcia Joven) y donde la política pública hacia el mundo del libro puede resumirse con la palabra venganza, el chiste del Barrio de las Letras más parece sarcasmo. Como, no sé, el Imperio Romano dedicándole una plaza a Astérix el galo, o, ponle, el Ayuntamiento de Murcia instalando una escultura de un tren llegando en superficie en Santiago el Mayor.

--Perdona, pero lo segundo ya ha pasado.

-- Ups.

Sin embargo, las gentecillas del libro de esta región sí tenemos un buen motivo de celebración: el Juzgado de lo Social número 3 de Murcia ha fallado estos días contra la consejería de Cultura y a favor de los trabajadores despedidos el pasado otoño, cuando la intentona de cerrar la Biblioteca Regional los fines de semana, dictando que «sin ningún género de dudas, nos encontramos ante un supuesto de cesión ilegal». La consejera responsable en ese momento, Noelia Arroyo, ahora centrada en sus labores como portavoz del Gobierno regional, no ha condescendido a valorar la sentencia. No pueden perder el tiempo con la pancarta o la confrontación, ha dicho estos días, refiriéndose un poco a todo lo susceptible de acabar en pancarta (Aeropuerto, AVE, Mar Menor, etc.). Y a mí me entran ganas de pasarme a ese género literario, ahora que están de moda los microrrelatos. Pancartas, pintadas, panfletos, soflamas.

-- El mismo caso te van a hacer que si escribieras églogas.

-- Ahí le has dao, chacho. De perdidos al río.