Con menos de tres décadas a sus espaldas, las fiestas de Carthagineses y Romanos, que se gestaron en 1989, aunque no celebraron su primera edición hasta el año siguiente, ya han sido declaradas de Interés Turístico Internacional. Todo un mérito si se compara con otra mucho más longeva, y de carácter religioso, la Semana Santa de Cartagena, que también cuenta con el distintivo internacional. Ya sólo faltan que los Carnavales regionales logren dar el salto al panorama nacional. Hoy que se celebra en Cartagena el desfile del Orgullo, debemos sentirnos orgullosos con mayúsculas, de nuestras gentes. Esas personas que con gran ilusión han hecho realidad su sueño: representar una parte de la historia de la ciudad en escenarios naturales que aún le brindan mayor verosimilitud. Ensayos durante todo el año, esfuerzos por renovar vestuarios, mejorar los guiones de los diferentes actos de Tropas y Legiones, imaginación para enganchar al público trasladando el ambiente festero a las calles del centro de la ciudad y, mil batallas más que solo ellos conocen, y con las que han logrado conquistar el mundo y engrandecer nuestra tierra. Junto a los yacimientos de Puerto de Culturas, la belleza del puerto de Cartagena o de los parajes del noroeste del municipio, la solemnidad de las procesiones y, un sin fin de atractivos, Tropas y Legiones contribuyen al enriquecimiento de los empresarios que durante diez días ´hacen caja´ gracias a los festeros. Me van a permitir que hoy me acuerde de ella y dedique estas líneas a Rosa Juaneda, una mujer que luchó como una leona por sus fiestas. Sé que desde arriba tu alma sonríe.